Los funcionarios acordaron acelerar los procedimientos de asilo, recortar los beneficios para los solicitantes de albergue y aumentar la asistencia financiera del gobierno federal a los estados y municipios para hacer frente a la afluencia de inmigrantes.
En concreto, a partir de 2023 el gobierno federal asignará siete mil 500 euros al año por solicitante de asilo, en lugar de un total aproximado de tres mil 700 euros al año.
También se supone que los inmigrantes recibirán parte de los beneficios mediante una tarjeta de crédito.
La discusión sobre las nuevas medidas duró varias horas y finalizó esta mañana.
Scholz calificó los acuerdos como un momento histórico y una transición hacia un sistema de trabajo que permitirá respirar, según sus palabras.
Anteriormente, representantes de las administraciones de algunos estados propusieron realizar trámites relacionados con la concesión de asilo fuera de Alemania.
Esta propuesta aún no ha sido aprobada, pero en Berlín anunciaron su intención de estudiar la posibilidad de si estos trámites podrían llevarse a cabo fuera de Alemania.
Recientemente, las autoridades alemanas simplificaron la expulsión de inmigrantes, endurecieron las penas para los transportistas de ilegales e introdujeron controles a quienes ingresan por las fronteras con Polonia, la República Checa, Austria y Suiza.
De enero a septiembre de 2023, más de 250 mil personas solicitaron asilo a las autoridades germanas, frente a 130 mil personas durante el mismo período de 2022.
La mayoría de los inmigrantes llegan a Alemania desde Siria, Afganistán y Türkiye.
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