El máximo centro del año se definirá en el partido de vuelta, en el estadio de Alianza Lima y con la presencia solo de seguidores del dueño de casa, como en el tope de ida, en el estadio rival, a donde solo asistieron hinchas de Universitario.
Los aliancistas ansían lograr mañana el tricampeonato, pues han ganado el título absoluto en los dos torneos anteriores y obtuvieron el primer título semestral, mientras los estudiantiles esperan culminar la remontada que los llevó a ganar el segundo tras un inicio poco feliz.
El primer juego de la final terminó igualado 1-1 y del cotejo de mañana, de repetirse la igualada al final de los 90 minutos, la definición será con tiros desde el punto de penal.
En el partido de ida, Universitario fue muy superior a Alianza Lima, pero solo pudo anotar una vez, mientras su rival solo atacó a fondo una vez e igualó el marcador cuando el partido agonizaba, por lo que la pugna terminó con sabor amargo para el equipo estudiantil.
El juego tiene la peculiaridad de que en la esquina de cada contendiente hay un técnico uruguayo. Jorge Fossati dirige a Universitario y Mauricio Larriera a Alianza.
La expectativa de los hinchas fue matizada por una denuncia de Universitario contra el portero de Alianza, Ángelo Campos, porque en el juego de ida salió al calentamiento previo al partido envuelto en una bandera aliancista y gritó arengas religiosas, lo que la dirigencia rival califica como una provocación.
En la víspera del partido, persiste la posibilidad de que Campos sea sancionado con una suspensión a última hora y no pueda jugar mañana.
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