Los derechos humanos deben abordarse sobre la base de los principios de universalidad, objetividad y no discriminación; no hay otro camino que el diálogo y la cooperación internacional, aseguró al respecto el diplomático del país caribeño Alejandro González.
A propósito del debate en la Asamblea General con el presidente del Consejo de Derechos Humanos (CDH), Václav Bálek, el consejero de la Misión cubana ante la ONU insistió en que ninguna nación está exenta de retos en esa materia.
Ningún país debiera intentar erigirse en paradigma o tratar de imponer su visión sobre el resto, agregó.
El representante alertó del avance de la selectividad, las prácticas punitivas, los dobles raseros y la manipulación política al considerar la cuestión de los derechos humanos, en particular contra estados del Sur y al interior del CDH y sus procedimientos especiales.
«Estas negativas prácticas solo generan confrontación y desconfianza, no mejoran la situación en el terreno, y deslegitiman la maquinaria de derechos humanos de las Naciones Unidas», remarcó.
González consideró inaceptable y discriminatorio que se visibilice selectivamente la situación de países en desarrollo, varios de ellos bajo medidas coercitivas unilaterales con un grave impacto en los derechos humanos, mientras se guarda silencio cómplice ante los atropellos que cometen países ricos.
En ese sentido, el diplomático reiteró la necesidad de permitir las funciones del Consejo de Derechos Humanos y alertó de los riesgos de buscar un mayor vínculo con el Consejo de Seguridad o de favorecer que este asuma responsabilidades ajenas a su mandato.
Para Cuba constituye un gran honor y alta responsabilidad haber sido electa nuevamente como miembro del Consejo de Derechos Humanos para el período 2024-2026, dijo.
En esta condición, la nación continuará su trabajo en favor de la cooperación, el diálogo y el respeto mutuo al tiempo que se opondrá a la manipulación, la selectividad y los dobles raseros, enfatizó.
El representante rechazó además la campaña de Estados Unidos dirigida a distorsionar la realidad, generar inestabilidad, subvertir el orden constitucional y justificar la política de agresión contra la mayor de las Antillas.
«Nada nos detendrá en la construcción de una sociedad cada vez más justa, por el camino del socialismo que nuestro pueblo ha escogido», concluyó.
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