Durante una visita al cruce de Rafah, punto fronterizo con Egipto habilitado para la entrada de insumos, el alto representante reconoció que los envíos son escasos y con un alcance geográfico muy limitado.
Existen muchas dificultades debido a que hay caminos instransitables e inseguros que impiden las entregas, remarcó Türk.
El alto comisionado recordó la responsabilidad de Israel como potencia ocupante de garantizar que los insumos más básicos y vitalen lleguen a todos los que los necesitan, en un contexto en que la población sigue siendo enormemente vulnerable en todas partes de Gaza.
Ambas partes están obligadas a minimizar las bajas civiles; los ataques contra instalaciones médicas, personal médico o heridos y enfermos están prohibidos, insistió el representante.
Türk aseguró que desde el cruce de Rafah vio «las puertas al verdadero infierno» y señaló a Israel y Hamas por cometer crímenes de guerra.
«Las atrocidades cometidas por los grupos armados palestinos el 7 de octubre fueron atroces, fueron crímenes de guerra, así como la continua toma de rehenes», dijo.
Al mismo tiempo denunció el castigo colectivo de civiles palestinos por parte de Israel, al igual que el desalojo forzoso ilegítimo de civiles.
La situación actual en la Franja de Gaza y en la región es la más peligrosa en décadas; las acciones de cualquiera de las partes no absuelven a la otra parte de sus obligaciones legales en el conflicto, alertó el alto comisionado.
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