En un reciente artículo de opinión, el alto funcionario reconoció las dramáticas consecuencias de las hostilidades para la población civil, en particular para los niños.
«Nunca olvidaré las caras de los niños. Mientras escuchaba sus historias, tenía que recordarme a mí mismo que estábamos dentro de una escuela que se había convertido en un refugio, un lugar que en tiempos de paz es un lugar para aprender, reír y jugar», escribió para The Washington Post tras visitar el cruce de Rafah.
Lazzarini fue el primer alto funcionario de la ONU en entrar en Gaza desde el 7 de octubre, cuando se desataron las hostilidades entre la resistencia palestina y los israelíes.
Tras su experiencia, el comisionado calificó el contexto como «muy oscuro para los palestinos de Gaza».
Por el asedio en curso, no hay comida, agua, medicinas ni combustible, los mercados están casi vacíos, el goteo de ayuda que llega en camión a través de Rafah es mucho menor de lo que se necesita, lamentó.
Los servicios se están desmoronando, las aguas residuales están llenando las calles, la gente hace cola durante horas en las panaderías.
Pronto llegará el invierno y muchos podrían morir de hambre, advirtió.
Al mismo tiempo, alertó de las instrucciones de las fuerzas de Tel Aviv para que los civiles se trasladen a las partes meridionales de la Franja de Gaza, zona que tampoco es segura.
Los temores de los palestinos se agravan cuando escuchan un político israelí llama a los habitantes de Gaza «animales humanos», lenguaje deshumanizante que no pensé que escucharía en el siglo XXI, reconció Lazzarini.
El titular de Unrwa demandó el fin del asedio de Gaza y pidió permitir la entrada de la ayuda humanitaria sin restricciones.
«Esto debe hacerse en nombre de los derechos humanos básicos. Pero también debe hacerse para evitar una calamidad aún mayor», remarcó.
El castigo colectivo que se está infligiendo a los civiles en Gaza se está extendiendo a Cisjordania, donde la gente ha sido expulsada de sus tierras o algo peor solo por ser palestinos.
Esta situación solo incrementa el riesgo de ampliar la guerra e incendiar todo Oriente Medio.
A juicio del comisionado, el curso actual elegido por las autoridades israelíes no traerá la paz y la estabilidad que tanto israelíes como palestinos desean y merecen.
Arrasar barrios enteros no es una respuesta a los atroces crímenes cometidos por Hamas. Por el contrario, está creando una nueva generación de palestinos agraviados que probablemente continúen el ciclo de violencia, dijo.
La carnicería simplemente debe parar, exigió.
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