La festividad está considerada la más tradicional y auténtica del campesinado en Cuba, ya que desde hace más de 90 años defiende la música y los bailes más genuinos de los pobladores rurales.
Hasta el próximo domingo, los habitantes de Majagua disfrutarán de agrupaciones cultivadoras del punto guajiro, expresión poética y musical que consiste en una tonada, que puede ser en décimas, improvisadas o aprendidas.
Cada grupo de repentistas está acompañado del tres, claves, maracas, güiro, marímbula, bongó, acordeón y el típico machete como instrumento musical.
Los festejos managüenses,Patrimonio Cultural de la Nación, resaltan por ser portadores de la defensa de la patria y del pueblo cubano, y fusionar las manifestaciones de teatro, música, danza, literatura y artes plásticas.
Aunque, lo esencial de la actividad es el enfrentamiento de los dos bandos rivales, el Rojo y el Azul, en el cual cada uno, a su forma, resalta los bailes, la música y las costumbres de la campiña, pero, sin perder la esencia de mostrar al guajiro alegre, chispeante y buen bailador, y a ellas generosas y parranderas.
Originadas en 1929 las celebraciones tienen a Doña Joaquina y Don Pepe, personajes que simbolizan a los defensores de los colores rojo y azul, respectivamente, y en las cuales están presentes las tonadas y décimas genuinas de los campos cubanos.
Los contagiosos ritmos de El Gavilán, El Papalote, El Zumbantorio, La Caringa, La Chismosa, La Polka y el Zapateo, se conjugan con el Festival de Parrandas, encuentros de danzas, exposiciones de artesanía popular y el tan gustado Toque del Tambor.
oda/nmt