De acuerdo con el último informe bianual sobre Perspectivas Alimentarias de la FAO, publicado este viernes, la factura mundial de importaciones de alimentos alcanzará un nuevo récord en 2023, con una reducción en sus volúmenes para los países más vulnerables.
Los fenómenos meteorológicos extremos, las crecientes tensiones geopolíticas y los cambios repentinos de políticas plantean riesgos para los sistemas mundiales de producción de alimentos, apuntan en su análisis los expertos de ese organismo
Esos factores “podrían potencialmente inclinar los delicados equilibrios entre la oferta y la demanda y perjudicar las perspectivas para el comercio y la seguridad alimentaria mundial”, señala el reporte.
Se prevé en el período 2023-2024 una disminución de los volúmenes comerciales de cereales secundarios y arroz, aun cuando se prevé un aumento significativo en la producción mundial de maíz registre impulsado por un incremento de las plantaciones en Brasil y Estados Unidos.
Se espera además que en esta etapa se reduzca el comercio mundial de aceites y grasas vegetales, así como los volúmenes de azúcar, productos lácteos, carne y pescado.
Las actuales estimaciones de la FAO sobre la factura mundial de importaciones de alimentos en 2023, prevén unos dos billones de dólares, con un incremento de 35 mil 300 millones de dólares respecto al pasado año, que representan un crecimiento del 1,8 por ciento.
Las frutas y verduras, junto con las bebidas y el azúcar, coadyuvan a la mayor parte de ese aumento, cuya mayor parte está impulsada por los países de ingresos altos y medianos altos.
En cambio, se aprecia que los países de bajos ingresos experimentarán una contracción del 11 por ciento en su factura total de importaciones de alimentos.
Las facturas de las importaciones de alimentos de los países menos adelantados, de naciones en desarrollo importadoras netas de alimentos, se contraerán debido a factores como el debilitamiento de sus monedas, altos niveles de deuda y elevados costos de flete, aprecian los especialistas.
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