“A los niños se les niega su derecho a la vida y a la salud (…) Proteger los hospitales y entregar suministros médicos que salvan vidas es un deber bajo las leyes de la guerra”, advirtió en un comunicado Adele Khodr, directora regional del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Los menores allí están al borde del abismo, especialmente en el norte, porque no tienen a dónde ir y corren un grave peligro, por lo cual reclamamos el cese inmediato de los ataques contra las instalaciones de atención de la salud, subrayó.
En las últimas 24 horas, alertó, la atención médica en los hospitales infantiles Al-Rantisi y Al-Nasr casi se detuvo, ahora solo un pequeño generador suministra energía a las unidades de cuidados intensivos y neonatos.
La funcionaria señaló que se reportan combates en las inmediaciones del primero, mientras el segundo sufrió daños por un ataque israelí.
Un hospital infantil en el norte ya paralizó sus labores debido a los daños y la escasez de combustible, en tanto otro especializado en temas de maternidad necesita diésel de manera urgente para continuar sus labores, subrayó.
Khodr recordó que “los servicios de salud infantil en la Franja de Gaza ya estaban peligrosamente sobrecargados antes de comenzar la ola de violencia actual”.
Antes del inicio del nuevo ciclo de hostilidades, el sector de la salud allí carecía de infraestructura y equipo médico adecuados, y los servicios, incluidos los de agua, a menudo se veían interrumpidos por cortes de energía, recalcó.
La directora regional de la Unicef criticó también el desplazamiento de 1,5 millones de personas en el enclave, incluidos 700 mil menores de edad.
El riesgo de enfermedades transmitidas por el agua y otros problemas vinculados aumenta cada día y amenaza especialmente a los niños, indicó.
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