De acuerdo a los datos ofrecidos en el documento desde hace una década los perceptores de ayuda fueron incrementando su edad, con uno de cada dos beneficiarios de origen extranjero, mientras que “entre los franceses atendidos por la asociación, la proporción de mayores de 60 años ha pasado del seis por ciento al 13 por ciento en diez años”, señaló la nota.
Este último es un aspecto preocupante, pues la lucha contra la exclusión en este colectivo de edad es uno de los principales objetivos en las políticas encaminadas a reducir la pobreza.
Las mujeres se ven especialmente afectadas ya que “la proporción de mujeres de 55 años o más, jubiladas o incapacitadas para trabajar por motivos de salud, ha pasado del 8 por ciento en 2012 al 9 por ciento en 2017, luego al 10 por ciento en 2021 y ahora al 11 por ciento en 2022”, explicó el jefe de estudios estadísticos de la asociación, Raphael Quartier.
Además, de entre el millón de perceptores que el Secours Catholique atendió el pasado año, una cuarta parte eran madres solteras (25,7 por ciento), por delante de los hombres solteros (25), y ahora de las mujeres solteras (20,9), parejas con hijos (19,9), parejas sin hijos (5,2 por ciento) y padres solteros (3,3 por ciento).
Por último, entre las peticiones más solicitadas se encuentra la asistencia o el asesoramiento administrativo (52,4 por ciento), los productos alimentarios (45,8) y la ayuda financiera para poder pagar el alquiler y las facturas de energía (41,7).
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