De acuerdo con el ministro de Economía y Finanzas Pablo Arosemena, de ese monto el mayor aporte provendrá del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), que otorgará 488 millones de dólares en préstamos.
En un encuentro que sostuvo el titular de economía con su sucesora, Sariha Moya, el funcionario detalló que ambos revisaron en detalle las cuentas de las finanzas públicas recibidas y que entregará a la nueva administración.
La situación económica de Ecuador hoy es considerada crítica y el presidente electo, Daniel Noboa, solicitó un “préstamo puente” a organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), ante el riesgo de impago de la deuda.
El futuro jefe del Palacio de Carondelet considera que sin programas para generar empleos no aumentarían los ingresos del Estado ni las exportaciones y por tanto “será muy difícil para este Estado no entrar en ‘default’ en 2026 y 2027″.
Desde 2019, la deuda de esta nación sudamericana comenzó a concentrarse en instituciones financieras como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o el FMI, al cual debe ocho mil 220 millones de dólares y el 83 por ciento de esa cuantía el Estado deberá pagarla de 2025 a 2030.
Varios economistas aquí consideran inapropiados ese tipo de créditos cuyas condiciones casi siempre incluyen ajustes y medidas neoliberales perjudiciales para la población de menos recursos.
Los recortes, por lo general, recaen sobre los presupuestos de sectores sociales como educación, salud o seguridad.
Actualmente, gobiernos provinciales y municipales exigen a la administración del presidente Guillermo Lasso el pago de los recursos para los territorios, aunque economistas afirman que la caja del Estado se encuentra en números rojos.
El exministro de Finanzas Carlos de la Torre declaró a la emisora Radio Pichincha que el nuevo gobierno enfrentará una situación fiscal gravísima, sin recursos, debido a un presupuesto mal hecho para 2023, con ingresos inflados y gastos subestimados.
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