La portavoz principal del Programa Mundial de Alimentos (PMA) para Oriente Medio, Abeer Etefa, aseguró este jueves a la prensa que la situación empeora por día a causa del goteo de ayuda humanitaria y la falta de combustible.
Los palestinos en la Franja están desesperados en la búsqueda de pan y otros alimentos esenciales y corren el riesgo de caer en el hambre sin combustible y sin un rápido incremento del suministro, lamentó la vocera en conferencia de prensa virtual desde El Cairo, Egipto.
El PMA estima que 2,2 millones de personas, es decir, casi toda la población residente en la zona asediada, necesitan ahora asistencia alimentaria mientras que los suministros que han entrado apenas cubren el siete por ciento de las calorías mínimas diarias de la población.
“No hay manera de satisfacer las actuales necesidades con la situación actual sin un acceso seguro y un flujo de mercancías dentro de la Franja», enfatizó Etefa a los periodistas reunidos en la sede de la ONU.
El colapso de una cadena de suministro de alimentos resulta catastrófico en un contexto que ya era muy grave, insistió al recordar las condiciones para los civiles en Gaza antes del 7 de octubre.
«Si la situación era difícil antes de este conflicto, ahora es desastrosa”, dijo.
En tanto la directora de Comunicaciones de la Agencia de la ONU para Refugiados Palestinos (Unrwa), Juliette Touma, describió el escenario para la población como «atrapados en un enclave sin salida».
A diferencia de otros conflictos globales de los últimos años, el pueblo de Gaza está atrapado con la Franja reducida a la mitad; muchos continúan acudiendo en masa a los refugios de la Unrwa, donde ya se resguardan más de 800 mil personas, alertó a los medios.
El viernes no habrá ninguna operación de ayuda transfronteriza en el cruce de Rafah, único punto habilitado, debido a que la red de comunicaciones está caída por la falta de combustible, lo que hace imposible gestionar o coordinar los convoyes de ayuda humanitaria, precisó la vocera desde Ammán, la capital de Jordania.
Gaza parece haber sido golpeada por un terremoto, pero la situación es provocada por el hombre aunque pudo haberse evitado, subrayó.
Touma recalcó que no existe ningún lugar seguro en la Franja donde al menos 103 trabajadores humanitarios de la Agencia para Refugiados Palestinos murieron a causa de los bombardeos, un número que pudiera ser mayor.
“Necesitamos un alto el fuego, ahora, ahora, si queremos salvar lo que queda de nuestra humanidad”, añadió.
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