Hay muchas expectativas alrededor del futuro gabinete en razón de las múltiples controversias que encierra la legislatura de Sánchez al frente del Palacio de la Moncloa, especialmente en los perfiles de sus más cercanos colaboradores.
Las primeras apuestas de los medios señalan como fijos a tres figuras, los titulares de Defensa (Margarita Robles), Exteriores (José Manuel Albares) y Presidencia y Cortes (Félix Bolaños), hay dudas en Economía y del papel de Yolanda Díaz.
Las riendas económicas del país las lleva Nadia Calviño con resultados contundentes, pero es la principal carta para dirigir a partir de enero el Banco Europeo de Inversiones (BEI). Así y todo, diversas fuentes señalan que mientras tanto, seguirá como vicepresidenta primera del Ejecutivo.
Otras a las que se dan por segura en el Consejo de Ministros son Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y titular de Transición Ecológica, y María Jesús Montero, en Hacienda.
La incógnita principal gira en torno a la actual vicepresidenta segunda, ministra del Trabajo y líder de la agrupación política Sumar, Yolanda Díaz, esencial para Sánchez hacia el futuro.
Izquierda Unida (IU) ya movió fichas y propuso como ministra a la eurodiputada y exportavoz de la formación Sira Rego, en tanto hay dudas acerca de quienes integraron hasta ahora el gabinete, Ione Belarra, Alberto Garzón y muy en particular Irene Montero, todos del partido Podemos.
Si bien se trataba de una ceremonia protocolar, el jefe del Ejecutivo Pedro Sánchez, prometió su cargo ante el rey Felipe VI en el Palacio de la Zarzuela.
Un paso que confirmó su continuidad al frente de la Moncloa una vez el Real Decreto con su nombramiento fue publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), con la firma de Su Majestad.
Sánchez logró su continuidad al frente del Palacio de la Moncloa en una votación en el Congreso de Diputados en la que obtuvo 179 escaños, tres más de los requeridos.
Todo en un ambiente muy tenso, con la ultraderecha de Vox lanzada contra Sánchez de forma incisiva, figuras del conservador Partido Popular (PP), como Isabel Díaz Ayuso, que deslizan la idea de “golpe de estado” y una sensación de que la venidera legislatura está bajo crispación permanente.
El mandamás del PP, Alberto Núñez Feijóo, advirtió que no bajará la cabeza ante la eventual ley de amnistía, y sus amenazas de seguir alentando manifestaciones en las calles confirman el escozor que dominará a la política nacional en los próximos meses.
La reelección de Sánchez, tras casi cinco accidentados años en el Palacio de la Moncloa, se produjo tras un cuestionado pacto que dio lugar a la propuesta de ley de amnistía a los independentistas del llamado procés de Cataluña en 2017.
Los acuerdos de los socialistas del PSOE con Junts y Esquerra Republicana de Cataluña, permitieron a Sánchez obtener el apoyo de 179 diputados de los 350 que componen el Parlamento, tres escaños más de los requeridos para hacerse del poder.
El actual presidente del Gobierno en funciones contó además con la mayoría absoluta gracias también al espaldarazo de la coalición Sumar; PNV y EH Bildu del País Vasco; BNG de Galicia; y Coalición Canaria.
Recibió congratulaciones internacionales desde la Unión Europea y del secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, entre otros.
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