Las medidas coercitivas unilaterales y la inclusión en la lista de países que supuestamente patrocinan el terrorismo constituyen el principal desafío de la pequeña nación caribeña para financiar la Agenda 2030, aseguró el representante en declaraciones a Prensa Latina.
«Esto demanda un trabajo intenso para evitar que los logros del país -referentes en la región de América Latina en áreas como la salud y la educación-, se puedan mantener y que no se erosione la calidad de estos», remarcó.
Mientras que en la mayor parte de los países se habla de encarrilar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en Cuba se insiste en no perder lo logrado, agregó.
Pichón participó esta semana en la reunión de coordinadores residentes del Sistema de Naciones Unidas, celebrada en Nueva York y enfocada en abordar las principales cuestiones del trabajo de sus oficinas en más de 100 países justo en la mitad del camino trazado para la Agenda 2030.
Los encuentros abrieron debates en áreas como los sistemas alimentarios, la energía, la conectividad digital, la educación, los empleos y la protección social, así como retos relacionados con el clima.
La Cumbre de los ODS, celebrada en septiembre durante la semana de alto nivel de la Asamblea General, confirmó el compromiso de los estados miembros y el propio organismo para alcanzar estas metas en áreas como la alimentación, la educación, las energías renovables o la crisis climática.
Sin embargo, el apoyo de Naciones Unidas a la mayor de las Antillas en ese camino enfrenta desafíos propios como el acceso a financiamiento -ya sean créditos o préstamos-, la búsqueda de proveedores o el traslado para el preposicionamiento de ayuda para emergencias.
En ese sentido, el máximo representante de la ONU en Cuba reconoció la necesidad de abordar con más énfasis las trabas para naciones bloqueadas económicamente en discusiones tan importantes como el financiamiento para el desarrollo.
«El secretario general, António Guterres, ha hablado de la reforma del sistema financiero internacional para los países con deudas altas pero estamos hablando de la exclusión de Cuba de ese sistema tan imperfecto como es», reconoció.
No obstante, existe un fuerte compromiso de trabajo en el Sistema de la ONU en Cuba y las 22 agencias que lo integran para buscar salidas y formas de trabajo que funcionen en esas circunstancias.
«Tenemos el gran reto de no dejar al país sin opciones; Cuba mantiene un compromiso con la Agenda 2030 y hace lo que puede y más con sus recursos públicos», insistió.
Las sanciones externas y la inclusión entre los países patrocinadores del terrorismo impone enormes restricciones para el país en cuanto a sus socios para acompañar la Agenda 2030.
No obstante, la isla cuenta con el respaldo de la Unión Europea, Francia, Suiza, Rusia, Italia, Canadá, Corea del Sur, Japón, Alemania, España y Suecia, que aportan más del 50 por ciento de los recursos de financiamiento para el actual marco de cooperación..
Al mismo tiempo, se abren otras puertas de colaboración no tradicionales con Vietnam, China, Qatar, Kuwait y otras naciones árabes dispuestas a hacer más en cuanto al intercambio Sur-Sur.
Pichón recordó que el país diseñó una hoja de ruta alineada a las metas de la ONU denominado Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social 2030 y este año fortaleció su compromiso con el multilateralismo al frente del G77 y China.
Ese bloque ha estado alineado con el llamado del titular de la ONU en un tema tan importante como la reforma al sistema financiero internacional.
«Tenemos energías para responder y encontrar un camino», aseveró el coordinador residente al mencionar campos importantes de trabajo conjunto como las nuevas formas de gestión económica, la respuesta a desastres naturales o la protección social enfocada en grupos vulnerables.
«Cuba apoya mucho a Naciones Unidas y la Agenda 2030 pero también requiere de mucha ayuda con mecanismos específicos que funcionen en países bajo sanciones», enfatizó el representante.
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