«¿Cuánto tiempo seguirán los hospitales, los pacientes y los equipos médicos en Gaza y Cisjordania, rehenes de la máquinaria de agresión y destrucción del ejército de ocupación?», preguntó durante una conferencia de prensa en esta ciudad.
La funcionaria llamó a Naciones Unidas, a las organizaciones sanitarias internacionales, y al Comité Internacional de la Cruz Roja a presionar a Israel para que detenga su ofensiva bélica.
Al-Kaila acusó a la vecina nación de impedir la entrada de medicamentos y productos vitales para curar a heridos y permitir el tratamiento de pacientes, incluidos bebés prematuros que necesitan oxígeno en las incubadoras.
Israel priva a las madres de su derecho a un parto seguro y a los pacientes que necesitan diálisis la capacidad de purificar las toxinas de sus cuerpos, subrayó.
«La amenaza a la salud pública en la Franja de Gaza presagia una verdadera catástrofe sanitaria, como resultado del grave hacinamiento en los centros de refugio, la falta de agua potable y de higiene, la seguridad alimentaria y el cese del programa nacional de vacunación», alertó.
En ese sentido, advirtió sobre el peligro de la propagación de infecciones y epidemias como la varicela y la sarna, según informes emitidos por la Organización Mundial de la Salud.
Ese país debe poner fin a sus ataques y permitir la entrada de suministros humanitarios y sanitarios al territorio, incluido combustible para operar los generadores de electricidad en las instalaciones médicas, insistió.
Denunció que más de 12 mil personas fallecieron en los territorios ocupados desde el inicio del nuevo ciclo de violencia, el 7 de octubre.
La ministra resaltó que 26 hospitales de los 35 que existen en la Franja cerraron sus puertas porque fueron dañados en los bombardeos o por falta de combustible para sus generadores.
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