Vermilion prevé perforar ocho nuevos pozos para «alcanzar reservas de petróleo hasta ahora inexplotadas» en el emplazamiento de Cazaux, donde ya funcionan unos cincuenta pozos, con una producción estimada actualmente en mil 500 barriles/día.
La decisión final está ahora en manos del prefecto (gobernador), que debe emitir una orden de autorización o denegación a un proyecto fuertemente contestado por la población local, que presentó en su momento un centenar de alegaciones para tratar de frenar las nuevas prospecciones.
A pesar de que las directivas estatales indican que la explotación de hidrocarburos debe desaparecer progresivamente de Francia de aquí a 2040, la comisaria encargada de la investigación, Carole Ancla, afirmó en su informe “haber hecho caso omiso de las consideraciones generales sobre el futuro de la extracción de petróleo en Francia», contenidas en la Ley Hulot.
Consideró además que, si bien son “legítimas las preocupaciones de la población sobre las cuestiones relacionadas con las emisiones de gases de efecto invernadero y el calentamiento global”, lo cierto es que si “el petróleo no se produjera en Francia se importaría sin duda a un coste medioambiental mucho más elevado”.
El consejero regional del partido Europa Ecología-Los Verdes (EELV), Vital Baude, se declaró “horrorizado y consternado” por el dictamen positivo, y criticó como “increíblemente cínico” el argumento de la comisaria al proponer “circuitos cortos de petróleo para reducir la contaminación”, dijo.
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