El establecimiento de una pausa negociada es un paso importante en la dirección correcta, pero queda mucho por hacer, dijo Farhan Haq, portavoz del secretario general, António Guterres.
La víspera, el vocero confirmó la puesta en marcha de acuerdos, incluso mediante conversaciones con las autoridades necesarias, para reforzar la entrada de insumos y asistencia ante la posibilidad de establecer una tregua, confirmada este miércoles.
«Lo que estamos haciendo es tratar de asegurarnos de que estamos preparados, de modo que si hay alguna pausa en los combates, que es lo que hemos estado pidiendo, podamos entregar ayuda humanitaria de manera más efectiva», adelantó a la prensa.
Al mismo tiempo, alertó que esta entrega «depende en cierta medida de las acciones de las partes sobre el terreno».
Haq confirmó un ataque el martes contra el hospital Al Awda, en el norte de Gaza, con un saldo de tres víctimas fatales, dos médicos y un acompañante de un paciente.
Desde el inicio de la guerra, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha documentado 178 agresiones contra instalaciones sanitarias en la Franja de Gaza que causaron 22 muertos y 48 heridos entre los trabajadores de servicio, precisó.
Se estima que dos pequeños hospitales al norte, uno en la ciudad de Gaza y otro en Beit Lahiya, están parcialmente operativos y admiten pacientes, según la OMS.
Los 22 restantes están fuera de servicio mientras que de las 11 instalaciones médicas del sur, siete están actualmente en funcionamiento.
El portavoz de Guterres informó además la muerte de una funcionaria de la OMS junto a su bebé de seis meses, su esposo y sus dos hermanos ayer.
Entre el 7 de octubre y el 19 de de noviembre, 108 funcionarios de la Agencia de ONU para Refugiados Palestinos (Unrwa) han sido asesinados en Gaza, lamentó.
Por su parte, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) confirmó la entrada al enclave ayer de 63 mil 800 litros de combustible desde Egipto.
No obstante, la cantidad permitida por las autoridades israelíes apenas cubre la mitad de las necesidades diarias, de acuerdo con la Unrwa.
Esto pone en peligro la vida de la población. El asedio es un castigo colectivo y condicionar la asistencia humanitaria también, enfatiza un mensaje publicado en la red social X por el organismo, encargado de distribuir el combustible para la entrega alimentos y el funcionamiento de generadores en hospitales, instalaciones de agua y otros.
De acuerdo con la ONU, otros 79 camiones que transportaban suministros humanitarios entraron desde Egipto en la tarde del martes, por lo que la cifra total asciende a mil 399 vehículos sin contar los que llegan con combustible.
Sin embargo, desde antes de la crisis, la llegada de estos tenía un promedio mensual de casi 10 mil camiones de productos comerciales y humanitarios, excluyendo el combustible.
Las agencias sobre el terreno estiman en 770 mil los desplazados internos que se refugian en 99 instalaciones de la Unrwa al sur en condiciones sumamente hacinadas.
Como consecuencia, en las últimas dos semanas, el organismo ha registrado un aumento del 35 por ciento en las enfermedades de la piel y del 40 por ciento de los casos de diarrea.
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