Un nuevo reporte del Pnuma, que consideró los proyectos de acción climática más optimistas, afirmó que incluso si las contribuciones determinadas a nivel nacional se entregan para 2030, el mundo se calentará 2,5 grados, incumpliendo el objetivo de 2,0 grados del Acuerdo de París.
Además, según las proyecciones del Informe 14 sobre la brecha de emisiones, el calentamiento bajo los escenarios políticos actuales alcanzará los 3,0 grados.
Ello está dado por la brecha en la implementación (diferencia entre los compromisos asumidos por los países en sus contribuciones nacionales y las medidas y políticas reales implementadas para lograr esos compromisos), que todavía se mantiene en cinco gigatoneladas de dióxido de carbono (CO2) equivalente.
El trabajo llamó la atención sobre el aumento de los récords climáticos que se están rompiendo, especialmente este año, cuando durante 86 días se experimentó un calentamiento superior a 1,5 grados.
Por ejemplo, septiembre de 2023 fue el más caluroso jamás registrado y, en 2022, las emisiones globales alcanzaron un máximo de 57,4 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente, entre otros registros que se establecieron.
De las emisiones globales de gases de efecto invernadero, aproximadamente dos tercios provienen de emisiones de CO2 basadas en combustibles fósiles, según la investigación.
Lo anterior es significativo, considerando que los países, con sus políticas actuales, planean producir casi el doble de combustibles fósiles.
Por otro lado, las naciones miembros del G20 son responsables en conjunto de tres cuartas partes de la carga actual del calentamiento global.
Además, la riqueza desempeña un papel fundamental, pues los hogares adinerados son culpables de casi la mitad de las emisiones mundiales basadas en el consumo.
A nivel de los hogares, el 10 por ciento de los de ingresos más altos del mundo genera un asombroso 45-49 por ciento de las emisiones totales, mientras el 50 por ciento inferior contribuye apenas con entre siete y 13 por ciento.
Por lo tanto, las desigualdades en las emisiones existen no sólo entre las naciones sino también dentro de ellas, lo cual refleja el impacto de las disparidades de los ingresos y la riqueza en el cambio climático.
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