Un grupo de 39 féminas y menores palestinos quedaron en libertad ayer tras ser intercambiadas por 13 mujeres y niños israelíes, como parte de un acuerdo más amplio entre el gobierno ultraderechista de Benjamin Netanyahu y el Movimiento de Resistencia Islámica.
El director de la prisión de Damon irrumpió en mi celda, yo estaba durmiendo, y me dio solo cinco minutos para prepararme para la liberación, narró la joven Zeina Abdo en declaraciones a la agencia noticiosa palestina Maan.
Este es un momento especial, porque puedo abrazar a mi hijo y a mi padre, señaló Amani Al-Hashim, quien denunció las graves condiciones de vida en las prisiones israelíes.
Tras el comienzo de los ataques contra Gaza aumentó el abuso contra nosotras, afirmó.
“La ocupación (Israel) practicó la represión más severa con golpizas, abusos, empleo de gases lacrimógenos, retirada de alimentos de celdas y cantinas”, detalló Al-Hashim.
En similar sentido se pronunció Marah Bakir, detenida en 2015 y condenada a ocho años y medio de prisión.
Me aislaron en la cárcel desde el comienzo del conflicto en la Franja de Gaza, el 7 de octubre, me golpearon repetidamente e intentaron quitarme el hiyab (pañuelo usado por las mujeres musulmanas para cubrirse la cabeza) mientras estaba encadenada, narró.
Bakir indicó que las autoridades penitenciarias israelíes retiraron todas las necesidades diarias básicas de los prisioneros.
Las celdas se convirtieron en salas de aislamiento, sin comida ni intimidad para las prisioneras, en tanto la represión y el abuso se multiplicaron, precisó.
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