Por Julio Morejón Tartabull
De la redacción de África y Medio Oriente de Prensa Latina
Según autoridades de la villa -localizada en la frontera común de esos países africanos y rica en hidrocarburo- varios ataques causaron 32 muertos, y afectó a la Misión de la ONU en el lugar.
Ese escenario de enfrentamientos permaneció por un tiempo algo alejado del interés de la opinión pública, cuya atención se concentraba casi totalmente en la guerra sursudanesa de 2013-2018.
Tal contienda complicó la vida nacional, al enfrentar al Movimiento Popular de Liberación de Sudán (MPLS) del presidente, Salva Kiir, con el Movimiento Popular de Liberación de Sudán-En la Oposición (MPLS-IO) del vicepresidente Riek Machar.
Luego de cinco años el evento bélico finalizó con pactos relativos a compartir el poder, la reconfiguración del aparato militar y un proceso de reconciliación con un marcado componente humanitario.
Sin embargo, concluida la guerra emergieron dilemas no resueltos con la independencia sursudanesa en 2011, los que, como la repartición de la riqueza petrolera, permanecieron pendientes de definiciones.
Abyei es uno de esos asuntos no solucionados, que resulta un detonante siempre dispuesto a estallar entre las comunidades de uno y otro lado de la frontera, lo cual empeora cuanto más se identifica con las filiaciones étnicas.
El territorio de 10 mil kilómetros cuadrados se halla entre Sudán y Sudán del Sur,
y su jurisdicción está sujeta a un estatus administrativo especial adoptado en el Acuerdo General de Paz que finalizó la Segunda Guerra Civil Sudanesa (1983-2005).
Conforme lo pactado, la localidad de Abyei debe disfrutar de la condición de desmilitarizada, pero ese es un aspecto que trasciende el carácter geográfico y se incorpora a la agenda de la seguridad nacional.
«En los (pasados) ataques murieron 32 personas, entre ellas mujeres y niños quemados en sus chozas, y más de 20 personas sufrieron heridas», declaró Bulis Koch Aguar Ajith, titular de Información del área y vocero de Sudán del Sur para la región.
Asimismo, la prensa rumoreó que también pereció un soldado de la Fuerza Provisional de Seguridad de las Naciones Unidas para Abyei (Unisfa), y otro resultó herido, todo lo cual rechazó el portavoz d ONU, Stéphane Dujarric.
¿DEJA VÙ?
El 21 de mayo de 2011 estalló la violencia en Abyei, casi dos meses antes de la separación oficial (territorial) de Sudán del Sur de la composición sudanesa, aceptada por la guerrilla de la región austral y el gobierno de Jartum.
En aquel entonces la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) registró como desplazados internos a 83 mil 526 personas de los 105 mil 977 remitidos por otros informes sobre quienes huyeron de la villa petrolera tras desatarse los enfrentamientos.
Según estimados, en el contexto de la independencia los yacimientos de la villa se concentraba 75 por ciento de los 500 mil barriles diarios de petróleo producidos por Sudán del Sur.
Los ataques ocurridos a mediados del corriente noviembre, sugieren un peligroso retorno al pasado que amenazó con poner en crisis la tranquilidad y estabilidad en la frontera común, donde la existencia del crudo calienta las contradicciones.
Otro aspecto de la controversia es la preferencia de las comunidades: el pueblo ngok dinka, mayoría en la localidad, aboga por ser parte de Sudán del Sur, mientras que la comunidad nómada misseriya, que alimenta su ganado en Abyei, opta por Sudán.
También preocupa que la lucha por el poder entre el Ejército y las milicias paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) de los generales sudaneses Abdel Fattah al Burhan y de Mohamed Hamdan Dagalo, respectivamente, afecten a suelo sursudanés.
De expandirse el escenario del conflicto no se descarta que por su situación geoestratégica, Abyei sea muy golpeada por acciones armadas, presentes ya con la actuación de grupos irregulares interesados en apoderarse del hidrocarburo.
Las autoridades de Sudán del Sur solicitaron una investigación urgente sobre los enfrentamientos, tras pobladores referirse a individuos vestidos con uniforme militar junto con las facciones beligerantes.
Hanna Tetteh, enviada especial de ONU para el Cuerno de África, anotó que “la proximidad de Abyei a los combates en Sudán amenazaba con desestabilizar la ya frágil región y sus dinámicas locales a veces volátiles”.
El jefe de la Unisfa, general Benjamín Olufemi Sawyerr, reiteró la responsabilidad del contingente con la protección de civiles, solicitó detener la violencia y reforzar el compromiso a garantizar una paz sostenible en Abyei.
Se teme por otra tragedia, consideró el Consejo de Seguridad al extender hasta el próximo año la presencia de los cuatro mil cascos azules de Unisfa en ese sitio, donde se halla acantonada desde el 2011.
Esa aprensión se expresó en un mensaje de la llamada troika -Estados Unidos, Reino Unido y Noruega- de que Sudán del Sur retire sus tropas de la disputada área administrativa de Abyei, una decisión en suspenso.
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