Avanzini (de 19 años, de padre venezolano y madre cubana) fue seleccionada entre más de 120 mil concursantes de todo el mundo para representar a los Estados Unidos en la competencia “The Debut: Dream Academy”.
Esa cifra se redujo a 20 jóvenes y ella logró su cupo para competir por integrar el grupo femenino de K-Pop, un género musical nacido en Corea del Sur, pero ya popular entre el público latino y local.
Precisamente, el suspenso terminó durante la gran final de dos horas, la noche del pasado 17 de noviembre en Los Ángeles, California, donde ya en un reducido equipo de 10 aspirantes se eligieron seis muchachas y se reveló el nombre del sexteto: Katseye, que hace un juego con las palabras gato (cat en inglés, escrito con K) y ojo (eye).
«Mil gracias», se le escuchó decir a Daniela cuando la mencionaron al igual que a Lara Rajagopalan y Megan Skiendiel (Estados Unidos); Yoonchae Jeong (Corea del Sur); Sophia Laforteza (Filipinas) y Manon Bannerman (Suiza).
No fue un camino fácil. El conglomerado de entretenimiento surcoreano HYBE y el sello estadounidense Geffen Records, filial de Universal Music Group, se unieron para formar este grupo global.
El rigor fue altísimo. Durante dos años se prepararon, recibieron clases de ballet, jazz, hip hop, canto y sobre todo, tuvieron la posibilidad de asistir a un importante periodo de crecimiento personal.
Al estilo de las Spice Girls (Reino Unido, 1994) en cuanto a música y despliegue en el escenario, Katseye se caracteriza por la versatilidad en materia de los orígenes de sus vocalistas.
Prensa Latina indagó acerca de Avanzini (2004). Su mamá -a quien agradece todos sus éxitos por el papel que desempeñó en su formación en el baile y el incentivo para el canto- es la bailarina Ana Llorente, un resultado directo de la enseñanza artística en Cuba.
Llorente -graduada en la Escuela Nacional de Danza Moderna y Folklor de la isla- residente en Atlanta, entrenó a Daniela desde los siete años con el método cubano, combinándolo con el de Bailes de Salón (BollRoom) y en ritmos afrocubanos.
Con apenas nueve años la entonces niña -ahora una hermosa joven que pregona con orgullo sus raíces- se echó en un bolsillo bailando el programa Got Talent y estuvo también entre las 10 finalistas de So You Think You Can Dance: The Next Generation. Paralelamente tomaba clases para educar su voz y cantar.
«Este ha sido un largo viaje y una colaboración sin precedentes entre HYBE y Geffen», dijo el presidente de HYBE, Bang Si-Hyuk, en un comunicado reseñado por la prensa.
“Estamos muy orgullosos de los resultados y de todos los concursantes que nos acompañaron en este proyecto. Deseamos a KATSEYE mucho éxito ya que estamos seguros de que inspirarán a los fans de todo el mundo”, expresó.
Las finalistas se determinaron mediante una mexcla de votaciones anticipadas y en tiempo real durante la final en vivo, así como las puntuaciones de los evaluadores.
Katseye comenzará a trabajar en su próximo álbum, cuyo lanzamiento será en 2024 y el cómo se formó el grupo servirá para una serie documental de Netflix, que se estrenará en el verano del próximo año, la cual dirigirá la cineasta nominada al Emmy Nadia Hallgren y producirán HYBE, Interscope Films y Boardwalk Pictures.
Por cierto, el ojo de gato es un cuarzo muy llamativo que debe su nombre a la línea divisoria central que le da el aspecto de un glóbulo ocular felino. Son usados para eliminar las malas energías y limpiar el aura, y se le asocia al chakra de la garganta.
Para Daniela se abre un camino. Ana cree que ya su «niña aprendió a volar».
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