La representante del organismo multilateral discutió con el presidente del Parlamento, Nabih Berri, y el primer ministro interino, Najib Mikati, la prioridad de proteger a la nación de la guerra, así como garantizar la paz y la estabilidad, a la luz de las tensiones de las últimas semanas.
En sus encuentros, abordó también asuntos parlamentarios cruciales, incluida la presidencia y la legislación pendiente, a más de un año de vacío de poder en la República.
Adoptada el 11 de agosto de 2006, la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad exigió el cese total de las hostilidades, el despliegue del ejército libanés en el sur del país, la retirada militar israelí detrás de la Línea Azul y el fortalecimiento de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas (Unifil), establecida aquí desde 1978.
En este sentido, la normativa reiteró también su firme apoyo a la integridad territorial, la soberanía y la independencia política del Líbano dentro de sus fronteras reconocidas internacionalmente.
La resolución fue acordada formalmente por ambas partes dentro de las 48 horas siguientes a su adopción y recalcó la importancia y la necesidad de lograr una paz amplia, justa y duradera en el Oriente Medio.
En reiteradas ocasiones, Líbano reclamó las tierras de las granjas ocupadas de Shebaa, las colinas de Kfar Shuba y las afueras de la ciudad de Mari, que incluye parte de la expansión urbana de la ciudad de Ghajar; así como 13 regiones en la Línea Azul.
Al mismo tiempo, instó a las Naciones Unidas a ejercer la máxima presión para detener las constantes violaciones israelíes a la Resolución 1701 y a su soberanía nacional por tierra, mar y aire.
Los dos países están en situación de guerra desde el establecimiento del Estado de Israel y a lo largo de estos años muchos crímenes y agresiones perduran en la memoria del pueblo de Líbano ante las ambiciones de Tel Aviv por apoderarse del agua del río Litani y la riqueza petrolera y gasífera.
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