En un comunicado divulgado por su portavoz, el titular de Naciones Unidas aseguró que siete semanas de conflicto cobraron «un precio atroz que ha conmocionado al mundo».
La pausa de cuatro días pactada por Israel y el movimiento Hamas permitió la liberación de rehenes israelíes y extranjeros retenidos desde el 7 de octubre, y la liberación de prisioneros palestinos de cárceles israelíes.
Al mismo tiempo, la ONU intensificó la entrada de ayuda humanitaria en el enclave costero y envió insumos a algunas zonas del norte que llevan semanas, en gran medida, aisladas.
«Pero esta ayuda apenas se compara con las enormes necesidades de 1,7 millones de personas desplazadas. La catástrofe humanitaria en Gaza empeora día a día», advirtió el alto representante.
Guterres saludó el rol de las autoridades de Qatar, Egipto y Estados Unidos por facilitar este acuerdo al tiempo que reconoció el papel fundamental del Comité Internacional de la Cruz Roja.
«Las Naciones Unidas seguirán apoyando estos esfuerzos en todas las formas posibles», ratificó.
Sin embargo, el máximo responsable de la ONU insistió en la necesidad de un cese total de las hostilidades desatadas entre Tel Aviv y la resistencia palestina.
El diálogo que condujo al acuerdo debe continuar, dando como resultado un alto el fuego humanitario total, en beneficio del pueblo de Gaza, Israel y la región en general, aseveró.
En ese sentido pidió la liberación inmediata e incondicional de los rehenes restantes e instó todos los estados a utilizar su influencia para poner fin al conflicto.
Guterres instó también a apoyar «medidas irreversibles hacia el único futuro sostenible para la región: una solución de dos Estados, con Israel y Palestina viviendo uno al lado del otro, en paz y seguridad».
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