En la norteña nación europea, la ultraderecha volvió a mostrar su avance, como ya ocurrió con la formación de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el avance del partido Vox en España en comicios regionales como también lo hizo Alternativa para Alemania.
Wilders explotó el aumento vertiginoso del flujo de inmigrantes en Europa, lo cual se suma a una inflación sin precedentes registrada en varios estados europeos, a causa del alza de los energéticos en el contexto del efecto bumerán de sanciones de Occidente contra Rusia.
Precisamente, un punto interesante del programa electoral de Wilders es su enconado euroescepticismo, con llamados, incluso, a abandonar el bloque comunitario o, al menos, reducir la injerencia de esa organización en decisiones internas de Países Bajos.
La campaña electoral del mencionado ultraderechista, no solo abogó por reducir al mínimo el ingreso de inmigrantes ilegales a su país, sino también por recortar la ayuda militar y financiera a Ucrania o a pensar bien cuando se castiga a Moscú.
El PVV, que contará con 37 escaños en la nueva legislatura, desbancó, tras 13 años en el poder, al gobernante partido Por la Libertad y la Democracia (VVD), ahora con 24 puestos, por debajo de los 25 obtenidos por el bloque de laboristas y ecologistas.
Sin embargo, Wilders necesitará buscar alianzas con otras formaciones para pactar una mayoría que le permita conformar un futuro gobierno.
Mark Rutte, quien deberá abandonar su puesto de primer ministro, prepara condiciones para presentarse como candidato al puesto de secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, aunque no existe seguridad alguna sobre su éxito en ese empeño.
Rutte dirigía un gobierno integrado por el VVD, los Demócratas 66, el Llamado Demócrata Cristiano y la Unión Cristiana, una coalición que cayó en julio pasado, tras la aprobación de un voto de censura, comenta el diario El País.
Ahora el dirigente ultraderechista duplicó el número de escaños en el legislativo, todo ello, pese a la estrategia de las fuerzas políticas en el poder de mantener filas cerradas para evitar que partidos antisistema llegaran a la cima del Gobierno.
Medios de difusión locales comentan que en agosto pasado se creó el partido Nuevo Contrato Social, dirigido por el diputado Pieter Omtzigt, salido de las filas del Llamado Demócrata Cristiano, quizás con el objetivo de restar votos a la ultraderecha en los comicios.
Omtzigt, una figura muy popular entre los políticos neerlandeses, abogaba por una reforma constitucional y la reducción del coste de la vida, pero al parecer ello no fue suficiente para los electores. Su partido quedó con 20 de los 150 puestos del Parlamento.
Así, el PVV, de forma inesperada ascendió en los sondeos y a la postre quedó como el más votado, destacan analistas de El País.
Wilders promete consultar con Omtzigt para la formación de un gobierno de coalición que podría contar, paradójicamente, con la participación del gobernante VVD.
El amplio espectro de formaciones políticas en las elecciones, en esta ocasión 26, por debajo de las 37 de 2021, abre el margen de maniobra para pactar una mayoría parlamentaria que puede incluir varias tendencias políticas, algo que sucede aquí desde 1945.
La formación encargada de buscar una alianza para el ejecutivo se considera xenófoba, euroescéptica, contraria al rearme de Ucrania y menos favorable a las sanciones contra Rusia, pero su pauta ultraderechista se convierte en otro motivo de preocupación en la UE.
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