Cuando ya se creía que la especie había desaparecido, el Solitario George fue descubierto el 1 de diciembre de 1971, en la Isla Pinta, en el archipiélago ecuatoriano.
Nuestro compromiso en firme para dar agilidad a normativas por la preservación de las especies, que protejan a los diferentes ecosistemas a nivel nacional, y viabilicen un desarrollo sostenible, manifestó el Legislativo a través de su red social X.
El Solitario George, encontrado por el zoólogo húngaro de la Universidad de Harvard, Joseph Vagvolgyi, se convirtió en una especie emblemática para el archipiélago y el mundo.
Un año después de su descubrimiento, George fue reubicado en la Estación Científica Charles Darwin, en la isla Santa Cruz, para ser cuidado en el Centro de Reproducción y Crianza de la Dirección del parque nacional Galápagos.
Los esfuerzos para su conservación tuvieron un eco en la comunidad científica, nacional e internacional, con respecto al cuidado de las especies en peligro de extinción.
Durante sus últimos 40 años, George se convirtió en un símbolo del archipiélago ecuatoriano, considerado un laboratorio natural por su biodiversidad, que permitió desarrollar en el siglo XIX al científico británico Charles Darwin su teoría de la evolución de las especies.
El quelonio, murió el 24 de junio de 2012, por causas naturales debido a su avanzada edad y, según los especialistas, probablemente se acercaba a los 100 años.
Tras su muerte, George fue trasladado a la ciudad estadounidense de Nueva York, donde fue embalsamado por expertos del Museo de Historia Natural.
El proceso de taxidermia del animal se hizo posible a través de la firma de un convenio de cooperación entre esa institución norteamericana, la Dirección del Parque Nacional Galápagos y Galapagos Conservancy.
En 2017 su cuerpo fue retornado a Ecuador, donde fue declarado Patrimonio cultural de la Nación por el Ministerio de Cultura y Patrimonio del país andino.
En la actualidad, George es exhibido en un centro de interpretación en la isla de Santa Cruz, en Galápagos.
La tortuga gigante estuvo presente en dos ocasiones en los Guinness World Records, en 2001, como la criatura viva más rara del mundo y en 2009 como el animal más amenazado.
lam/nta