Los teutones, que tenían como mejor actuación en esta categoría un segundo lugar en la primera edición de China 1985, concluyeron invictos luego de una fase de grupos perfecta, de batir 3-2 a Estados Unidos en octavos de final, a España 2-1 en cuartos y a Argentina en semis en tanda de penales.
Goles de Paris Bruner en el minuto 29 y de Noah Datvich en el 50 no fueron suficientes para la victoria ante un rival que nunca se dio por vencido, dominó más el balón y logró la igualada por intermedio de Saimon Bouabré (52) y Mathis Amougou (84).
En un final de infarto que paralizó el Stadion Manahan, marcaron Robert Ramsak, Max Moerstedt, Fayssal Harchaoui y Almugera Kaba, para definir una lotería donde los galos fallaron en tres oportunidades.
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