En su artículo divulgado por la agencia de noticias KCNA, Jin Song afirmó que la nación norteamericana emplazó los días 21 y 22 de noviembre el portaaviones Carl Vinson y el submarino Santa Fe, ambos de propulsión nuclear en su base operacional de Pusan y en la otra naval de Jeju, enclavadas en la región.
El día 26, efectuó junto con Japón y Surcorea ejercicios marítimos trilaterales en alta mar para fomentar “el belicismo nuclear, donde partes adiestraron el procedimiento antiaéreo y la movilidad marítima ante una supuesta provocación de la República Popular Democrática de Corea (RPDC) con misiles y aviones», dice el texto.
Jin Song agregó que solo en 2023 Estados Unidos desplegó por primera vez en más de 40 años su submarino estratégico nuclear en la península, estrenó el arribo de sus bombardero a la región y renovó constantemente el récord de ubicación de ese armamento y otros medios de guerra nuclear en esta región.
Desde el principio de este año hasta la fecha, tuvieron lugar más de 60 ejercicios militares conjuntos de gran envergadura de manera bilateral y multilateral, tales como Freedom Shield, el entrenamiento de desembarco Sangryong, así como maniobras combinadas de fuego, según el artículo.
En este planeta, no hay otro lugar como la península Coreana donde se despliegan una vez cada 10 días las fuerzas estratégicas nucleares de Estados Unidos, ni mucho menos hay otro sitio donde se realicen una vez por cada cinco días ejercicios de guerra nuclear en que una parte beligerante apunta con precisión a la contraparte, sentenció.
Según Jin Song los países vecinos de la península Coreana y la imparcial sociedad internacional reclaman unánime y fuertemente que Estados Unidos cancele su política de opresión.
Antes de cuestionar de forma atrevida el ejercicio legítimo del derecho de autodefensa de un Estado soberano, la nación norteamericana debería arrepentirse de sus malsanas acciones hechas delante de las puertas de casa ajena y pensar en serio en sus consecuencias, afirmó.
Hoy en día, la península Coreana y su contorno son las zonas más peligrosas del mundo donde se completaron realmente las condiciones militares para desatar la primera guerra termonuclear de la historia, sentencia el artículo.
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