Después de siete días de respiro de la horrible violencia, los combates se reanudaron, y seguramente morirán más niños como resultado, destacó la funcionaria en un comunicado difundido aquí.
Antes de la pausa, más de cinco mil 300 menores de edad perdieron la vida en 48 días de bombardeos israelíes, una cifra que no incluye a muchos de ellos que siguen desaparecidos y que se presume están enterrados bajo los escombros, lamentó.
Russell advirtió que a las bombas se suma la falta de agua, alimentos, suministros médicos, mantas y abrigo para los necesitados, lo cual puede provocar una catástrofe humanitaria de grandes proporciones.
La directora de Unicef defendió la recién concluida tregua que consideró “un rayo de esperanza para los niños en medio de esta horrible pesadilla”.
La pausa de los combates permitió la liberación de infantes y adolescentes, además de propiciar un aumento en la entrega de suministros vitales a Gaza, resaltó.
“Esto no fue suficiente para satisfacer la magnitud de las necesidades humanitarias, pero fue un comienzo”, aseguró.
Russell renovó su llamado a todas las partes para garantizar la protección y la asistencia de los niños, “de conformidad con sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario”.
Todos los niños del Estado de Palestina e Israel merecen la paz y la esperanza de un futuro mejor, afirmó.
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