En realidad, la cita en el Centro e LEA Miguel Delibes de Urueña, Valladolid, dio continuidad a un acto similar en el Ateneo de Madrid, donde Mayda Bustamante hizo gala de sus conocimientos y experiencias en el entorno de la prima ballerina assoluta de Cuba.
Editora, crítico de danza, ensayista y promotora cultural, el texto “Alicia Alonso. Giselle: el instante eterno”, sirvió de punto de partida al intercambio con un panel integrado asimismo por el doctor Pedro Simón Martínez y José Ramón Neyra.
Simón, uno de los más importantes estudiosos de la carrera de la estrella cubana de la danza, además de su compañero sentimental durante más de cuatro décadas, Neyra, periodista e investigador del Ballet Nacional de Cuba, y Bustamante subrayaron hermosos pasajes de la Giselle de Alonso.
No podía faltar el lucimiento de la hermosa voz de la cantautora cubana Liuba María Hevia, en su versión musicalizada de “Es la magia que enamora”, poema del escritor español Santiago Castelo, dedicado a Alicia Alonso.
Dos trabajos audiovisuales que muestran a la excelsa bailarina en sus interpretaciones sui géneris de Giselle completaron la velada.
Nacida el 21 de diciembre de 1920 en La Habana, comenzó su carrera a una edad temprana y demostró un talento excepcional que la llevaría a convertirse en una de las figuras más destacadas en la historia del ballet.
Alicia Alonso se inició en la danza en Cuba y continuó su formación en Nueva York. Su estilo refinado y su técnica impresionante la destacaron, pero su carrera se vio interrumpida por problemas de visión.
A pesar de la adversidad, regresó con determinación a los escenarios y desafió las expectativas al convertirse en una bailarina principal en el American Ballet Theatre. En 1948, fundó el Ballet Alicia Alonso en Cuba, que más tarde se convertiría en el Ballet Nacional de Cuba.
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