Según la disposición, para el cumplimiento de sus funciones, Abad deberá presentarse físicamente en la sede diplomática de Quito en Tel Aviv el domingo 10 de diciembre.
Para el traslado, el jefe de Estado ordenó la coordinación entre la Cancillería, la Vicepresidencia de la República y el Ministerio de Finanzas, con el fin de implementar acciones para el pago de su remuneración y otros gastos.
La semana pasada, cuando el gobernante le asignó como única función ser colaboradora de paz en Israel, la vicepresidenta manifestó su rechazo a ese nombramiento y lo calificó como «violencia contra la mujer», aunque aseguró que cumpliría con la misión.
De hecho, el pasado 29 de noviembre sostuvo un encuentro con la canciller, Gabriela Sommerfeld, para tratar el encargo, que llega en medio de una escalada del conflicto con Palestina.
Diversas organizaciones políticas y de derechos humanos calificaron como un hecho inusual en la política exterior de Ecuador, la decisión de enviar a Abad a Israel.
A través de un comunicado, el Centro de Documentación en Derechos Humanos Segundo Montes Mozo, el Colectivo de Derechos Humanos Kinty Ñan, el Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos y el Colegio de Abogados de Pichincha, alegaron que una designación de este alcance, con connotación global debió recaer en una persona de reconocida trayectoria internacional.
Abad afirmó que el mandatario simplemente la quiere lejos del país, un distanciamiento que comenzó prácticamente desde que ambos se inscribieron como binomio presidencial de cara a las elecciones extraordinarias celebradas en dos turnos el 20 de agosto y el 15 de octubre de 2023.
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