La ceremonia se realizó la víspera con la presencia del embajador de Cuba, Marcos Rodríguez, el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, la senadora Gloria Sánchez y el alcalde tuxpeño, José Manuel Pozos, quienes participaron también en un homenaje al Apóstol de la Independencia, José Martí, autor intelectual del asalto al Cuartel Moncada.
En sus palabras de agradecimiento por tan hermoso y emotivo acto, el embajador Rodríguez elogió la bella reproducción del yate conseguido por Antonio del Conde, el Cuate, realizada con gran premura y exquisita calidad por escultores cubanos y el apoyo de trabajadores mexicanos que lo hicieron posible.
A nombre del gobierno y pueblo cubanos dio las gracias a México por la obra y dijo que el Granma está de nuevo listo par zarpar al igual que su original en la Avenida de las Misiones en La Habana, y por eso México vuelve a estar presente en esta conmemoración.
Coincidentemente, recordó, un 25 de noviembre Fidel emprendió otro viaje como este, tenía que volver al yate Granma, su partida no podía ser un día cualquiera porque solo los grandes hombres deciden cuándo partir y cómo seguir luchando.
No saldría esta vez de Tuxpan ni con rumbo a Cuba sino que navegaría a la inmortalidad, por eso está hoy aquí con nosotros y su imagen imperecedera nos seguirá guiando en esa amistad entre México y Cuba, agregó.
Recordó fragmentos de un discurso de Fidel Castro en la Plaza de la Revolución el 2 agosto 1985 en el cual el Comandante en Jefe expresó que en el caso de México hay en Cuba una tradición de victoria y amistad que no tiene igual con ninguno otro pueblo de América Latina.
Nuestras luchas han estado muy vinculadas a las de México. ¿Dónde habríamos podido organizarnos si no hubiera existido México? Allí nos organizamos y de allí partimos, pero nuestro fuerte sentimiento y de amistad y cariño no se basa solo en la historia pasada, sino también en la presente.
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