Antes de la escalada de violencia del 7 de octubre, el bloqueo impuesto por Israel desde 2007 contra el enclave aceleró el deterioro ambiental de Gaza y exacerbó la desigualdad en el acceso a los recursos naturales, señaló la organización no gubernamental en un comunicado difundido aquí.
“En particular, la escasez de agua potable, que ahora es un problema crítico para los 2,3 millones de gazatíes, ya era una preocupación importante”, destacó.
Save the Children denunció que las medidas punitivas adoptadas contra ese territorio durante 16 años limitaron la entrada de bienes y materiales necesarios para mantener la infraestructura de abastecimiento del líquido y saneamiento.
Ahora, la violencia masiva y continua del Ejército israelí exacerbó una situación ya grave, afirmó.
En ese sentido, citó las advertencias de la Organización Mundial de la Salud sobre el hacinamiento ante la ola de desplazados y los daños causados por los bombardeos contra los sistemas de salud, agua y saneamiento.
“La crisis actual en Gaza es a la vez un conflicto violento y una lenta erradicación de los derechos de los niños, alimentada por el abandono internacional, la falta de liderazgo y la crisis climática”, apuntó Mohamad Al Asmar, director de Promoción y Movilización de Recursos de Save the Children en Oriente Medio.
Si eres un niño en Gaza no tendrás ningún recuerdo de una vida sin escasez de agua, lamentó.
“Una y otra vez, más de un millón de niños palestinos se han visto privados de sus derechos básicos. Necesitamos un alto el fuego inmediato y el fin del bloqueo como única forma de mantener a los niños seguros y preservar su futuro”, expresó el activista.
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