Ahora miles de palestinos evacuan rumbo a Rafah, más al sur aún, en un territorio, donde se movieron ya de sus hogares casi dos millones de personas, según datos de Naciones Unidas.
Testigos presenciales destacan que el norte del territorio, incluidas amplias zonas de la Ciudad de Gaza, está prácticamente arrasado.
En tanto, la Organización No Gubernamental (ONG) Médicos sin Fronteras denunció que el combustible y los suministros médicos están ya en niveles críticos en el hospital Mártires de Al Aqsa, en la localidad central de Deir al-Balah, al norte de Jan Yunis.
Por su parte, el mando sionista informó este miércoles que sus tropas atacaron unos 250 objetivos en la Franja de Gaza durante esta jornada, mientras continúan intensos combates sobre el terreno, y en muchos casos -según fuentes palestinas- la lucha es cuerpo a cuerpo.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, -considerado ya por gran parte de la comunidad internacional como un criminal de guerra- afirmó que su ejército tendría que mantener un control de seguridad indefinido sobre la Franja de Gaza mucho después de que termine la guerra.
Según Netanyahu, Gaza debería ser desmilitarizada y el único organismo capaz de garantizarlo sería el ejército israelí.
Mientras, el Ministerio de Salud de Gaza señaló hoy que la guerra ha matado a más de 16 mil 200 personas en Gaza y herido a más de 42 mil, asimismo, otras miles todavía sin contabilizar están bajo los escombros. Entre los fallecidos hay más de siete mil niños y cerca de cinco mil mujeres.
Aun así, los bombardeos se han intensificado en todo el territorio, incluidas las áreas a donde Israel les dice a los palestinos que se desplacen para supuestamente salvar sus vidas.
Los periodistas que permanecen en Gaza a riesgo de sus vidas, y ONG como Save the Children denunciaron la dimensión espectacular de la violencia y el horror en Gaza, y reclaman un alto el fuego inmediato y duradero.
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