Danay Galletti Hernández
De la redacción de Europa de Prensa Latina
Reelecto en el pasado mes de mayo, el primer mandatario turco califica a Tel Aviv de estado terrorista, denuncia los asesinatos de mujeres y niños y exige a la comunidad internacional una posición más firme respecto a la agresión contra Palestina.
Considerado por muchos como el encargado de modernizar el país euroasiático y colocarlo en una posición más relevante en el nivel global, Erdogan revolucionó la política interna y externa durante dos décadas consecutivas, algo no visto desde el mandato de Mustafa Kemal Atatürk (1923-1938).
En febrero pasado, el sureste de Türkiye y el noroeste de Siria sufrieron sismos de enorme magnitud que causaron la muerte de más de 50 mil personas, y, como parte de la restauración, Erdogan informó sobre la puesta en marcha de las obras constructivas de cerca de 200 mil nuevos edificios.
EL SIGLO DE TURKIYE
Al frente de la nación desde 2003 —11 años como primer ministro y nueve como presidente— Erdogan enarbola una promesa similar a la de Atatürk: “nos hemos comprometido a elevar a Türkiye en todos los campos hasta los niveles de los países más avanzados”.
Durante la conmemoración del primer siglo de la República, el 29 de octubre, el jefe turco de Estado escribió en el Libro Especial de Anitkabir, en tributo a Mustafa Kemal, líder de la independencia nacional y promotor de reformas revolucionarias como la concesión del derecho al voto a las mujeres:
“Como una administración que ha impulsado las mayores iniciativas de inversión en la historia nacional, estamos comprometidos, junto con nuestro pueblo y aliados, a llevar a cabo el segundo siglo de nuestra República como el Siglo de Türkiye”.
Tras ganar los comicios, el dirigente del partido AKP gobernará durante otros cinco años, con mayoría parlamentaria. A su juicio, “la República está más segura que nunca, en manos competentes y de confianza”.
CANAL DE COMUNICACIÓN EN EL ÁREA
Además de sus críticas al “brutal asesinato de inocentes” en Gaza, durante los bombardeos del ejército de Tel Aviv, y a los ataques de hospitales, escuelas, mezquitas, iglesias y campamentos de refugiados, el presidente resulta clave como canal de comunicación entre Occidente y Rusia.
Hasta la fecha, Türkiye es el único país euroasiático, miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), desde 1952, que mantiene buenas relaciones comerciales y diplomáticas con Estados Unidos y la Unión Europea (UE).
Sin embargo, tras su visita a Alemania el 17 de noviembre último, Erdogan aseguró en referencia a Washington: “no me sorprende el apoyo a las mentiras de Israel de aquellos que ocuparon Iraq bajo el pretexto de la existencia de armas nucleares y químicas”.
Asimismo, reclamó a la UE una postura más clara respecto a la agudización del conflicto entre la nación de Oriente Medio y el movimiento de resistencia palestino Hamas y declaró que quienes mantienen actitudes tibias, son realmente cómplices de Tel Aviv.
Türkiye conserva fuerte vínculos comerciales con Moscú, evidencia de lo cual resultó la apertura en abril último de la primera planta nuclear de Akkuyu, construida por el consorcio ruso Rosatom, mientras que Erdogan tampoco esconde su cercanía con Vladímir Putin.
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