Un comunicado del secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, destacó el compromiso y la dedicación de cuatro colegas así como de decenas de trabajadores humanitarios que perdieron la vida trágicamente o siguen en paradero desconocido por los temblores.
El alto representante reconoció las terribles consecuencias de los terremotos que dejaron más de 50 mil fallecidos en Türkiye y cinco mil 900 en Siria mientras que comunidades enteras perdieron sus hogares y miles de edificios quedaron derribados, y escuelas, hospitales, mezquitas e iglesias fueron destruidos o dañados.
Miles de familias aún no se recuperan de su impacto mientras de otras continúan desplazadas, advirtió el texto.
De acuerdo con la Oficina de Asuntos Humanitarios (OCHA) en el noroeste de Siria, más de 43 mil personas desplazadas por la catástrofe aún no han regresado a sus hogares: 40 mil de ellas viven en 70 centros de acogida y tres mil en campos.
Otras cifras estiman que en toda Siria, casi 7,5 millones de niños siguen necesitando asistencia humanitaria mientras que 3,2 millones de menores en Türkiye requieren servicios esenciales.
En esa nación, la Agencia de ONU para Refugiados ha proporcionado más de tres millones de artículos de socorro a solicitud del Gobierno, incluidas tiendas de campaña, contenedores, kits de higiene, ropa de cama y ropa de abrigo para refugiados y residentes locales en centros de alojamiento temporal. Griffiths remarcó el compromiso de mantener el apoyo a los necesitados y a aquellos que perdieron a sus seres queridos.
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