Por Deisy Francis Mexidor
Corresponsal jefa en Estados Unidos
El fenómeno social de los sin techo (homeless) alcanzó nuevas cotas «debido en gran parte a un fuerte aumento en el número de personas que se quedaron sin hogar por primera vez».
El dato significó un incremento de 12 por ciento respecto a 2022 y el mayor desde 2007 cuando comenzaron a contabilizarlo, lo cual quiere decir que alrededor de 20 de cada 10 mil personas se encontraban sin hogar en ese momento, con alrededor del 60 por ciento en refugios y el 40 por ciento restante sin vivienda.
Aunque los afroamericanos son aproximadamente el 13 por ciento de la población de Estados Unidos, suman un 37 por ciento de los homeless, y los latinos, alrededor del 19 por ciento, alcanzan el 33 por ciento de los sin techo.
«La falta de viviendas es un problema que tiene solución y que no debería ocurrir en Estados Unidos», expresó la secretaria del HUD, Marcia Fudge, en un comunicado luego de la publicación del reciente informe. Para la funcionaria del gobierno, «los datos revelan la necesidad urgente de apoyo a soluciones probadas y estrategias que ayuden a que la gente salga pronto del desamparo y prevengan la falta de hogar».
Diane Yentel, presidenta y directora ejecutiva de la Coalición Nacional de Vivienda para Personas de Bajos Ingresos, dijo que «los recursos y protecciones históricos brindados durante la pandemia mantuvieron a millones de inquilinos con viviendas estables”.
El éxito de estos recursos se demuestra por la disminución del número de personas sin hogar durante ese mismo período, apuntó Yentel, citada por el medio digital Common Dreams.
«Sin embargo, justo cuando estos recursos de emergencia se agotaron y las protecciones para inquilinos de la era de la pandemia expiraron, volvieron a entrar en un mercado inmobiliario brutal, con alquileres disparados y alta inflación», advirtió.
De acuerdo con Yentel, las tasas de presentación de solicitudes de desalojo han alcanzado o superado los promedios previos a la pandemia en muchas comunidades, resultado de un aumento de la falta de vivienda.
«Sin inversiones federales significativas y sostenidas para hacer que las viviendas sean asequibles para las personas con los ingresos más bajos, las crisis de casas asequibles y de personas sin hogar en este país sólo seguirán empeorando», subrayó.
Los expertos en sentido general coinciden en que el principal factor de la falta y la inestabilidad de la vivienda es justo la brecha entre los bajos ingresos y los costos de alquiler.
La epidemia de drogas, la falta de casas asequibles y la propia llegada de migrantes en números significativos a ciudades como Nueva York, Chicago o Massachusetts, matizan también el problema, de acuerdo con reportes de medios locales.
Por ejemplo, cada vez más personas están al borde del abismo financiero en los cinco condados de la ciudad de Nueva York, reveló una encuesta aplicada en la populosa urbe.
El sondeo advirtió que más del 50 por ciento de los neoyorquinos, no solo de bajos ingresos sino también de clase media, no cuentan con los recursos suficientes para poder cubrir el costo de vida y llegar a fin de mes “victoriosos”.
Elaborada por la organización Community Service Society, la tercera encuesta Unheard de 2023 arrojó que los latinos, negros y madres solteras son quienes llevan allí la peor parte.
Pero al abordar cuáles son las grandes limitantes para poder salir adelante y tener una vida mejor, los entrevistados se refirieron a la necesidad de viviendas asequibles y el acceso a la salud.
El 45 por ciento de los encuestados ven en la falta vivienda una barrera que impide la tranquilidad financiera, mientras el 52 por ciento dijo que una casa asequible es su primera preocupación.
Los hallazgos fueron todavía más inquietantes entre madres trabajadoras de bajos ingresos, pues el 62 por ciento de ellas indicó que esa falta de vivienda asequible fue la principal barrera que las limitó para poder salir adelante este año.
Eso “tiene un impacto multifacético en las vidas de los neoyorquinos; obliga que los hogares desvíen una mayor proporción de sus limitados ingresos hacia la vivienda”, alertó en su informe Community Service Society.
En Estados Unidos se calcula que más de 140 mil personas experimentan un patrón crónico como sin techo, o sea, mal viven en las calles hace años.
Mientras, una de cada cinco personas sin hogar, al menos, tenía 55 años o más; y alrededor de 34 mil menores no acompañados están sin un techo, lo cual supone el 22 por ciento del total de población inferior a 25 años sin casa, un alza de 15 por ciento respecto a 2022.
Las estadísticas mostraron que, geográficamente, más de la mitad de personas sin hogar se localizaron en California (28 por ciento), Nueva York (16), Florida (5,0) y Washington (4,0).
Otro dato interesante que arrojó el informe del HUD es que el mayor aumento de población sin hogar ocurrió entre el segmento poblacional que se identifica como hispanos o latinos, lo que representó un 28 por ciento en comparación con el pasado año.
Solo en California la situación es alarmante. En la ciudad de San Diego, la orden de las autoridades de desalojar las calles obliga a personas sin techo a acampar a orillas de un río.
A Bonnie Baranoff, coordinadora del Grupo de Trabajo de Personas Sin Techo del Este del condado, le preocupa que las órdenes de prohibición de acampar en San Diego simplemente alejen a los sin techo de la vista pública.
Alrededor de 95 campamentos activos junto al río contó la fundación a finales de julio pasado cuando la Policía de San Diego comenzó a aplicar la prohibición de acampar, indicó en su momento la prensa local.
Eso fue más del doble del total a finales de 2019, antes de que la pandemia pareciera desencadenar varios aumentos de personas que viven a lo largo de la vía fluvial principal o en afluentes conectados a lo largo de San Diego y Santee.
California tiene la tasa más alta de homeless de Estados Unidos: 44 de cada 100 mil habitantes no tienen hogar, de acuerdo con datos del Censo anual del Departamento de Vivienda y Desarrollo Social, realizado entre febrero y marzo de 2022.
El HUD recopila los datos de personas sin hogar en un día en todo Estados Unidos a principios de cada año, por lo que esos datos pueden ser inexactos al reflejar sólo un momento determinado en el tiempo, explicó el diario The Wall Street Journal.
Pero el más de medio millón de personas sin hogar es la crisis doméstica más visible en Estados Unidos, consideró un artículo del periódico The Washington Post publicado a propósito del Día de Acción de Gracias en 2022.
Un asunto verdaderamente urgente para este país, algo de lo que la mayoría de los estadounidenses no habla es la difícil situación de los sin techo y los casi sin techo, escribió el columnista Hugh Hewitt.
El también profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Chapman, en California, mencionó la infame situación, a escala de catástrofe humana, que viven los residentes en Skid Row, un barrio de Los Ángeles que hace décadas se convirtió en la zona cero de los sin techo.
En un área de una docena de calles, miles de personas viven en tiendas de campaña a poca distancia de los rascacielos de lujo.
El autor sostuvo que todos saben cómo es “esta pobreza terminal” que catalogó de “terrible” y pidió ocuparse de aquellos que se encuentran al borde del acantilado “al que ya se han precipitado los sin techo”, en referencia a esos “millones de hogares sin reservas y sin capacidad de recuperación”.
Los campamentos de indigentes en toda California (y en otras grandes ciudades) son un escándalo nacional, apuntó Hewitt.
En tanto, hay millones de ciudadanos que se tambalean aquí al borde de ese abismo. Es necesaria una barrera de seguridad en este acantilado.
arb/dfm