El portavoz Wang Wenbin subrayó que la nueva acción de Washington «socava gravemente la soberanía y los intereses de seguridad» del gigante asiático, al tiempo que daña la estabilidad regional y «envía un mensaje equivocado a las fuerzas separatistas».
«La cuestión de Taiwán es un asunto totalmente interno de China que no admite injerencias extranjeras», agregó.
El vocero instó a Estados Unidos a respetar su compromiso con el principio de Una Sola China y a no apoyar a los partidarios de la independencia de Taiwán.
Calificó la venta de armamento a esa isla como un elemento desestabilizador que aumenta las tensiones y provoca «una tendencia peligrosa».
«China tomará medidas firmes para salvaguardar su soberanía e integridad territorial y tomará contramedidas contra las empresas relevantes involucradas en la venta de armas a Taiwán», apuntó.
Sobre este particular, en septiembre pasado Beijing sancionó a dos empresas de la industria militar estadounidense, Lockheed Martin y Northrop Grumman.
De acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores, la sucursal de la Compañía Lockheed Martin del estado de Missouri actuó como contratista principal en la venta de armamento a la isla, mientras que Northrop Grumman Company participó en numerosas ocasiones en este tipo de transacciones.
Uno de los principales desencuentros entre Beijing y Washington es precisamente este tema, porque aunque Estados Unidos declaró en varias ocasiones su compromiso con el principio de Una Sola China, continúa suministrándole armas a Taiwán.
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