Según la más reciente actualización, las hostilidades a lo largo de la frontera aumentaron significativamente la semana pasada con un mayor uso de armamento avanzado y un impacto sobre los civiles.
En medio de crecientes tensiones, los ataques aéreos israelíes en el sur apuntaron a áreas residenciales, y los bombardeos de los días 10 y 12 de este mes provocaron la destrucción de viviendas en Aitaroun y Kfar Kila.
De acuerdo con el informe, el 11 de diciembre una acción aérea de las fuerzas de Tel Aviv en la aldea de Taybeh mató a un funcionario local e hirió a otros tres libaneses.
En la jornada siguiente partes de un misil interceptor israelí cayeron en el aparcamiento de una escuela pública de Yater sin causar víctimas, precisó OCHA.
Con anterioridad, una posición de mantenimiento de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas (Unifil) en el sur libanés fue atacada y se está verificando el origen del fuego.
Ante este suceso, el comando de la Unifil expresó públicamente su preocupación por la creciente posibilidad de que errores de cálculo conduzcan a un conflicto más amplio.
En este contexto, las incursiones israelíes causaron daños a la propiedad privada y a la infraestructura pública de la nación levantina, así como a las tierras agrícolas tras los incendios provocados por el efecto de los proyectiles.
Los desafíos operativos y de seguridad afectaron a más de 50 escuelas públicas en áreas fronterizas y cerca de siete mil estudiantes interrumpieron su educación, indicó OCHA.
Al respecto, la Oficina mencionó obstáculos preexistentes como los costos relacionados con la educación (transporte, material escolar), que impiden a los padres enviar a sus hijos a la centros mientras están desplazados por el conflicto.
En este escenario, seis centros de atención primaria de salud permanecen cerrados en los distritos sureños de Marjayoun y Bent Jbeil.
Con la intensificación de los bombardeos, el acceso operativo de los actores humanitarios está restringido dentro de la franja de siete kilómetros de la zona más alta a lo largo de la Línea Azul.
Sobre este tema, OCHA reconoció la disminución de la capacidad de las comunidades para acceder a bienes y servicios esenciales, además de las dificultades de los pobladores para satisfacer su artículos básicos en la zona directa del conflicto y en los lugares de desplazamiento.
Hasta el 13 de diciembre, el Ministerio de Salud Pública del Líbano informó de 99 muertos y 463 heridos, entre ellos al menos 16 muertes de civiles.
Desde octubre, el clima de tensión prevalece en la frontera sur debido a la hostilidad israelí y la respuesta de la Resistencia libanesa ante los crímenes contra los civiles del país y en solidaridad con Gaza.
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