Los niños y sus familias tienen que utilizar el líquido vital de fuentes inseguras, altamente salinizadas o contaminadas, advirtió la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell.
Sin agua potable, muchos más menores morirán por privaciones y enfermedades en los próximos días tras más de 10 semanas de bombardeos casi constantes, dijo.
La población infantil recientemente desplazada en la gobernación meridional de Rafah apenas tienen entre 1,5 y dos litros de agua al día, de acuerdo con las estimaciones de Unicef divulgadas este miércoles en un informe.
Los servicios de agua estaban al borde del colapso mientras que los expertos calculan el mínimo estimado para la supervivencia en tres litros diarios.
Además de la falta de agua potable, cientos de miles de personas desplazadas -la mitad de ellas niños- también necesitan desesperadamente alimentos, refugio, medicinas y protección, agregó la agencia de la ONU.
Otros datos recopilados por esa entidad asegura que al menos la mitad de las instalaciones dedicadas a los servicios de agua y saneamiento resultaron dañadas o destruidas.
El impacto de esta situación en los niños es particularmente preocupante porque son más susceptibles a la diarrea, las enfermedades y la desnutrición, alertó Unicef.
«Las autoridades ya han registrado casi 20 veces el promedio mensual de casos reportados de diarrea entre niños menores de cinco años, además de aumentos de casos de sarna, piojos, varicela, erupciones cutáneas y más de 160 mil casos de infección respiratoria aguda. ”, informó el Fondo de la ONU para la Infancia.
Mientras tanto, las estadísticas en el enclave estiman que más de 19 mil palestinos murieron desde el inicio de la crisis, el 70 por ciento de ellos son mujeres y niños.
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