Originados en los Estudios Bielsko, en Polonia, estos traviesos personajes fueron concebidos por la mente creativa del cineasta Wladyslaw Nehrebecki.
Viajar por todo el mundo es el hilo conductor de los capítulos de la serie animada que tuvo su debut televisivo en 1963 y, dada la abrumadora recepción, se trasmitió de manera ininterrumpida hasta 1986.
Durante los 23 años de rodaje y salida al aire, Nehrebecki creó un aproximado de 200 episodios, convirtiéndose en un fenómeno televisivo extendido por Europa del Este y más allá.
Incluso, Bolek y Lolek llegaron a Latinoamérica, específicamente a Cuba, donde los espectadores pequeños disfrutaron casi a diario de las peripecias de los agraciados hermanos.
Luego de la emisión original, Lolek, uno de los hijos de Nehrebecki, se convirtió en uno de los propietarios de los derechos de autor y recreó la serie en un cómic llamado Przygody kuzynów Bolka i Lolka (Las aventuras de los primos de Bolek y Lolek).
Hoy esta versión mantiene vivo el legado de la saga inicial y permitió que las nuevas generaciones disfrutaran de las andanzas de estos entrañables personajes.
Con Bolek y Lolek se puede visitar la tierra de los canguros, las islas de la Polynesia, la tierra de los incas y la de los esquimales, y Canadá, por solo citar algunos sitios.
Del diminutivo de Boleslao y Karol surgieron los nombres de los personajes. Y cuentan los que saben que en idioma inglés la caricatura se distribuyó como Jym y Jam, además de Bennie y Lennie.
Tal fue su alcance, que para 1973, y por solicitud de la audiencia femenina, el creador dio vida en la serie a una niña llamada Tola, la cual apareció en 30 episodios.
(Tomado de 4ta Pared, suplemento cultural de Orbe)