De acuerdo con el analista político Abbass Fneish, el nuevo armamento es capaz de operar sobre objetivos terrestres, aéreos y marítimos, tanto fijos como móviles dentro de un alcance de ocho a 10 kilómetros.
El experto comentó que el sistema puede alcanzar y destruir puntos con precisión y mencionó el ataque de Hizbulah al taller de Beit Hillel, afiliado a la Unidad de Armamento Regional del Norte del ejército israelí.
Al mismo tiempo, subrayó que el lanzamiento esta semana de misiles aire-tierra contra dos helicópteros de Tel Aviv en el espacio aéreo de la zona de Shtula, Shumira y Evan Menachem, en la aldea libanesa ocupada de Tarbikha, constituyó un mensaje al enemigo sobre las capacidades de la Resistencia.
Según el especialista, las aeronaves fueron neutralizadas y sus vuelos restringidos, pues el objetivo de la operación no fue derribarlos en ese momento al estar dentro de los territorios ocupados.
En los últimos días aumentó la actividad aérea conjunta estadounidense-israelí frente a la costa libanesa hasta llegar a Siria, reveló Fneish.
Para el analista libanés, tales acciones de Tel Aviv en complicidad con Washington buscan recopilar información y proporcionársela a los oficiales, ya sea en las salas o en la frontera.
Desde el 8 octubre, Hizbulah ejecutó acciones contra cámaras de vigilancia, radares, sistemas de comunicación, de interferencia e inteligencia militar, ubicados para el espionaje y la vigilancia por las fuerzas israelíes a lo largo de la frontera sur.
Al mismo tiempo, la Resistencia libanesa empleó misiles Burkan, que pesan entre 300 kilogramos y media tonelada, así como los cohetes Katyusha.
En este contexto, el portavoz internacional del ejército de Tel Aviv, el teniente coronel Jonathan Conricus, indicó que Hizbulah realizó más de mil ataques contra la ocupación desde octubre.
La Resistencia libanesa reiteró que no tolerará ningún daño a los civiles ni permitirá las agresiones israelíes contra las aldeas y ciudades de la nación.
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