El gigante asiático cuenta con libertad de culto y alrededor de 20 millones de cristianos, según centros especializados y encuestas.
Sin embargo, de forma general la festividad no está tan enfocada en lo religioso, como en los aspectos sociales y románticos que trae consigo.
«Este cambio refleja una tendencia más amplia en la que los festivales globales se adaptan a los contextos y preferencias culturales locales», refiere una investigación del Instituto del Idioma Chino, ubicado en la ciudad sureña de Guilin.
De acuerdo con ese reporte, en la parte continental la Navidad a menudo se ve a través de una lente similar al Día de San Valentín: una ocasión para expresiones de amor, intercambios de regalos y compartir momentos especiales.
El aspecto comercial también es significativo ya que los minoristas aprovechan la festividad para promocionar ventas y ofertas especiales, al tiempo que tiendas y centros comerciales en zonas urbanas colocan adornos navideños.
De hecho, la comercialización de la Navidad es parte de la tendencia de consumo a nivel internacional, de las que el gigante asiático no escapa en un mundo cada vez más interconectado.
En China continental no es un feriado, los centros gubernamentales, escuelas y otros organismos funcionan de manera normal.
Por estos días el país está más enfocado en los prepartivos para las celebraciones de la Fiesta de la Primavera o Nuevo Año Lunar, que según el calendario gregoriano será el 10 de febrero de 2024.
Antes de esa fecha, el gigante asiático celebrará tres importantes festivos tradicionales: el Festival de Laba, Xiaonian y la víspera de año nuevo chino.
Durante la Fiesta de la Primavera la nación disfrutará de un feriado extenso que permitirá a las familias reunirse para recibir el año del Dragón.
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