«Este lugar ahora es nuestro”, comentó Lawson a la publicación ARTnews, mientras resaltó la gran diferencia marcada sobre el funcionamiento del edificio, otrora símbolo del poder colonial y la exclusión bajo el imperio alemán, y actualmente abierto a todo el público.
«Transformar esta narrativa en algo más y abrir un nuevo capítulo fue muy importante y simbólico para nosotros», afirmó la directiva togolesa, y aseguró que «la gente está orgullosa de tener un lugar así».
Para Lawson, el edificio es más que un centro de arte, y apuntó que las empresas togolesas participaron en su renovación como un “medio para recuperar nuestra herencia”.
En este momento, en la planta baja del Palacio de Lomé hay una exposición individual de Kossi Aguessy, un diseñador nacido en Lomé, que era de ascendencia togolesa, beninesa y brasileña, según el portal ARTnews.
Sus obras se encuentran en las colecciones de museos de todo el mundo, desde el Museo de Arte Moderno hasta el Centro Pompidou, pero no suelen encontrarse en las galerías de los espacios artísticos su país de origen.
Aguessy había expresado interés en mostrar su trabajo en África antes de su muerte a los 40 años en 2017, y la muestra funciona como un homenaje póstumo, y la respuesta al programa ha sido positiva, de acuerdo con la fuente.
En 2019, cuando se inauguró el Palacio de Lomé, se pudieron ver otros cuatro espectáculos dedicados a la historia de Togo y al panafricanismo que captaron la atención del público en general.
Una de las muestras que se pueden ver actualmente en el Palacio de Lomé es la segunda edición de la exposición itinerante «Dig Where You Stand», titulada «De costa a costa: Seke».
Organizado por la Fundación de Artistas Africanos (AAF) se inauguró oficialmente el 15 de septiembre y estará expuesta hasta marzo de 2024.
La primera edición se llevó a cabo en el Centro Savannah de Arte Contemporáneo (SCCA) de Ibrahim Mahama en Tamale, en la región norte de Ghana.
Este año la exposición está curada por Rosemary Esinam Damalie, con el asesoramiento curatorial de Azu Nwagbogu, fundador y director de AAF, quien también fue curador de la edición anterior.
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