El proyecto tiene como objetivo satisfacer las necesidades de las personas desplazadas dentro del enclave, que se estiman en cerca del 85 por ciento de la población de la Franja, precisó el portal web de las Naciones Unidas.
La iniciativa resulta más que necesaria ante el costo de víctimas fatales del conflicto iniciado el 7 de octubre, el hacinamiento, los constantes ataques y el riesgo inminente de brotes de enfermedades transmisibles.
De acuerdo con la OMS, desde el inicio de la crisis, se registran 179 mil casos de infección respiratoria aguda, 136 mil 400 de diarrea entre menores de cinco años, 55 mil 400 de sarna y piojos y cuatro mil 600 de ictericia.
En tanto, las autoridades sanitarias del enclave calculan en más de 22 mil los palestinos muertos como resultado de los ataques de Israel, más de 200 de ellos solamente durante la primera semana del 2024.
La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), confirmó la víspera que las autoridades sanitarias gazatíes consiguieron reanudar algunos servicios hospitalarios en el norte de Gaza.
Según OCHA, centros como el hospital árabe Al Ahli, el benéfico Patients Friends, el internacional Al Helou, el Al Awda y otras instalaciones de atención primaria restablecieron varias de sus prestaciones.
Sin embargo, esto ocurrió en medio de grandes riesgos que rodean el movimiento y el trabajo de los equipos médicos debido a los continuos bombardeos de los barrios residenciales y las proximidades de las instalaciones de salud, agregó el organismo.
Las agencias de la ONU sobre el terreno advirtieron que más de un millón de personas buscan seguridad en la ya superpoblada ciudad meridional de Rafah, mientras que cientos de miles duermen a la intemperie con ropa inadecuada para protegerse del frío.
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