Salvo el Barcelona, uno de los protagonistas de siempre del balompié en el país ibérico, el resto de los clubes en posiciones prominentes en la tabla de LaLiga, definen sus perspectivas en la Copa del Rey.
El atractivo principal se concentra en Riad, donde el miércoles 10 tendrá lugar un derbi entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid, en una de las semifinales de la Supercopa. La otra será el jueves 11 entre el Barcelona y Osasuna.
La gran final se efectuará el domingo 14 de enero entre los ganadores de los respectivos partidos anteriores.
Si bien la Supercopa no es un trofeo altamente cotizado –en el sentido deportivo, aunque el país árabe paga mucho dinero por el espectáculo-, es el primero en disputa en el año 2024 y un aliciente para el triunfador.
Unos días que permitirán a la afición de esa zona del mundo contemplar en vivo las prestaciones de figuras de primer nivel, como el inglés Jude Bellingham y los brasileños Vinicius y Rodrygo; el francés Antoine Griezmann y el español Alvaro Morata; o el polaco Robert Lewandowski y el uruguayo Ronald Araujo, entre otros.
Asimismo, el deseo ferviente del técnico catalán Xavi Hernández, de reivindicarse en su trabajo y revalidar el título alcanzado el pasado año en la final contra la “casa blanca”.
Poco antes, el Real Madrid, flamante campeón invernal de LaLiga de España, chocará con el Arandina este sábado en la noche; el Atlético de Madrid lo hará ante el Lugo el mismo día; y el Barcelona, el domingo, jugará contra el Barbastro.
Son tres contrincantes modestos. El Arandina, de la Segunda Federación; el Lugo en la Primera Federación y el Barbastro en la Segunda Federación, todos en la tercera categoría del fútbol local. Sin embargo, más de una vez se dieron sorpresas en estas instancias.
Más exigido estará el Girona, sensación del torneo máximo con los mismos puntos que el Real Madrid (48), pero superado por diferencia de goles, al enfrentar al Elche, un equipo que salió de primera división en la temporada pasada.
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