El paro fue convocado desde este viernes, justamente cuando España marca el fin de las vacaciones de Navidad y Año Nuevo con las tradicionales fiestas de Reyes.
Fuentes oficiales de Iberia señalaron que en estos momentos apenas tres mil 800 empleados de ocho mil trabajan en los servicios en tierra, que son cubiertos con nuevos contratados.
De tal forma, la programación de vuelos está sujeta a los cambios que puedan producirse en la operativa de las diferentes compañías aéreas.
Iberia, Iberia Express y Air Nostrum (aerolínea regional de Iberia), se vieron obligadas a cancelar más de 444 vuelos, con impacto en más de 45 mil pasajeros.
Según la empresa, se encontraron soluciones para el 92 por ciento de los afectados, en un fin de semana en el que se prevén más de tres mil vuelos con foco principal en el aeropuerto de Barajas de Madrid.
Aunque Iberia dijo en un comunicado inicial que sólo el 17 por ciento de sus trabajadores de sumaron a la huelga, Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT), adelantaron que en breve aumentarán significativamente las personas en protesta.
El “handling” abarca al personal de tierra, incluidos los mozos de equipaje, y es fundamental para la normal operación de los itinerarios. El paro se basa en el rechazo a los contratos firmados con nuevos proveedores en los aeropuertos españoles, después de que las conversaciones entre los sindicatos y la compañía fracasaran.
Además del Adolfo Suárez de Madrid, otros aeropuertos que afectados son los Alicante, Barcelona, Bilbao, Gran Canaria, Ibiza, Málaga, Palma de Mallorca y Tenerife.
La repercusión de la huelga puede llegar también a otras compañías aéreas apoyadas por Iberia, aunque en menor medida por la ley vigente sobre servicios mínimos minimiza sus efectos.
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