Mediante una declaración, Hizbulah denunció que las fuerzas israelíes recurren a ponerse en contacto con algunas familias en los pueblos del sur mediante números de teléfono que parecen ser libaneses con el fin de averiguar la localización y el estado de algunas casas.
Al mismo tiempo, indicó que Tel Aviv busca alternativas para obtener información después de perder gran parte de la eficacia de los dispositivos de espionaje instalados en sus zonas fronterizas tras el ataque y la destrucción por la Resistencia.
En este contexto, apuntó que el enemigo se hace pasar por múltiples personajes: comisarías de policía pertenecientes a las Fuerzas de Seguridad Interna en las regiones del sur, centros de Seguridad General y agencias de socorro.
Según lo revelado, la persona que llama habla con un fuerte acento libanés, intenta obtener información sobre sus familiares y el paradero, en el pretexto de mostrar preocupación y tratar de brindar asistencia.
La Resistencia aclaró que Israel aprovecha estos datos para confirmar la presencia de los combatientes en algunas de las casas que pretende atacar.
Ante este suceso, Hizbulah llamó a los libaneses, en especial al pueblo del sur, a no responder llamadas con preguntas relacionadas al entorno y el movimiento de las personas en él, así como a tomar la iniciativa de cortar la comunicación y acudir sin demora a las autoridades interesadas.
Con anterioridad, la Resistencia solicitó a los pobladores del sur desconectar cámaras instaladas frente a casas, tiendas e instituciones para evitar ser pirateadas por la inteligencia israelí.
Desde el comienzo de la operación de la resistencia palestina Diluvio de Al-Aqsa el 7 de octubre, Hizbulah atacó posiciones militares, concentraciones de soldados, dispositivos de vigilancia y equipos de espionaje israelíes a lo largo de la frontera, en respuesta a la continua agresión sionista a Gaza y el bombardeo a las aldeas libanesas del sur.
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