La propuesta, adoptada con 11 votos a favor y cuatro abstenciones (Argelia, China, Mozambique y Rusia), exigió el cese de los ataques de los hutíes iniciados en respuesta a la devastadora ofensiva aérea y terrestre de Israel en la Franja de Gaza.
El texto insiste en el apoyo del Consejo de Seguridad a los derechos y libertades de navegación de los buques de todos los estados en esa zona, incluidos los mercantes y los buques comerciales que transitan por Bab-el-Mandeb.
Sin embargo, el embajador ruso Vasily Nebenzya recordó que esta resolución no puede considerarse como una legitimación de las acciones en el Mar Rojo de la llamada coalición formada por Estados Unidos y sus aliados.
Moscú condena los ataques contra embarcaciones civiles, pero cree que el verdadero objetivo de la coalición improvisada por Washington y sus aliados para aparentemente garantizar la seguridad es, en realidad, legitimar sus acciones y recibir la bendición del Consejo de Seguridad para actividades futuras.
La operación, agregó, no puede crear un derecho inexistente de los estados a defender sus barcos de ataques o actividades sin que deba realizarse estrictamente de acuerdo con el derecho internacional existente, remarcó.
Por su parte, el embajador permanente de China ante la ONU, Zhang Jun, consideró ambiguo el instrumento en varias cuestiones claves.
“Esto nos hace temer que no pueda lograr el efecto deseado o incluso tener consecuencias negativas, lo que aumentará aún más las tensiones en la región”, señaló el representante al explicar la abstención del voto.
La resolución, elaborada por Estados Unidos y Japón, condena “en los términos más enérgicos” al menos una veintena contra embarcaciones mercantes y comerciales.
Al mismo tiempo reconoce los obstáculos de estas agresiones contra el comercio global al tiempo que considera que estos socavan los derechos y libertades a la navegación, al igual que la paz y la seguridad regional.
jha/ebr