Las conclusiones de FAGE, principal sindicato de estudiantes del país, mostraron que esta falta de recursos es aún mayor entre los universitarios que cuentan con beca, un 28 por ciento de los cuales no tienen suficiente dinero para comer.
A pesar de que los precios de los restaurantes universitarios están fuertemente subvencionados, uno de cada cinco estudiantes no becados (19,1 por ciento) no puede comer allí debido al coste, lo que les lleva a saltarse más de tres comidas a la semana (3,5), mientras que la mitad de los estudiantes (49) no pueden permitirse comprar frutas y verduras frescas cada semana.
“Dormir con el estómago vacío y estudiar con el estómago vacío no son condiciones para estudiar”, denunció hoy Sarah Biche, vicepresidenta encargada de asuntos sociales de la FAGE, y añadió también los problemas con respecto al alojamiento, “la primera partida de gasto” de los estudiantes, “algo imprescindible para el acceso a los estudios y un factor de fracaso académico”, dijo.
Por último, según el estudio, cuatro de cada 10 estudiantes encuestados necesitan ganar un salario para poder continuar sus estudios, lo que convierte la precariedad en el principal factor del fracaso académico.
Entre los estudiantes trabajadores se encuentra el 54,2 por ciento de los no becados y el 41,4 por ciento de los que cuentan con ayudas estatales, y un tercio del total trabajan más de 12 horas semanales.
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