Transcurridas las horas del épico duelo de los merengues con el Atlético de Madrid en Riad, Arabia Saudita en la primera semifinal de la Supercopa de España, todavía se habla de un partido que hizo gala de la famosa frase goles son amores.
Victoria 5-3 después de 120 minutos de encuentro y altibajos en el dominio del juego, hicieron las delicias de los amantes del deporte de las multitudes.
En realidad, el popular enunciado es el nombre de una comedia de Lope de Vega (Obras son amores, y no buenas razones), transformado por el balompié. Y ocho goles en un partido vibrante, es un regalo supremo.
De arrancada, apenas a los seis minutos, remate de cabeza efectivo de Mario Hermoso para el 1-0 favorable a los colchoneros. Respuesta de la “casa blanca”, también de cabeza del alemán Antonio Rudiger, a los 20 y una joya del francés Ferland Mendy de tacón en el área dieron la vuelta al cotejo.
Sin embargo, llegó la igualada por gol de bella factura a los 37 minutos del galo Antoine Griezmann, convertido en el máximo anotador de la historia del Atlético de Madrid, superando a Luis Aragonés.
Para mayor dramatismo, a los 78 autogol de Rudiger en una jugada confusa con Alvaro Morata y el portero Kepa para el 3-2. Cuando todo parecía definitivamente un alegrón del Atleti, vino el empate tras una sucesión de remates y el acierto de Dani Carvajal por los merengues a los 85.
El alargue si dejaría en claro que el Real Madrid no gustaba ir a la tanda de penales. Así, a los 116, en otra jugada de enredos en el área, Joselu Mato puso el marcador 4-3 para los blancos.
Faltaría una carrera de alta velocidad y la precisión en el remate a larga distancia y a puerta vacía del ascendente Brahim Díaz, para superar en el minuto 122 al guardameta esloveno Jan Oblak, quien se había desplazado al área rival buscando el empate. La pizarra se iluminaba con el 5-3, Game Over.
-PRESTANCIA
Lo curioso no es que el Real Madrid volviera a las remontadas, tan emocionantes como increíbles en la Champions League de 2022. Porque ahora no cuenta con sus salvadores, el Balón de Oro francés, Karim Benzema (se marchó a Arabia Saudita), ni con el arquero estelar belga Thibaut Courtois (lesionado de gravedad).
Tampoco con los brasileños Casemiro (al Manchester City) y Eder Militao (lesión de larga data), ni con su estrella del pasado, el portugués Cristiano Ronaldo.
Actualmente y muy en especial en esta temporada, los nombres que suenan son otros. El sorprendente volante ofensivo inglés Jude Bellingham, los brasileños Rodrygo y Vinicius, el uruguayo Fede Valverde, y el español Brahim, todos en un universo veinteañero.
Claro que, todavía, puede prescindir de un veterano que parece como el buen vino, el alemán Toni Kroos y tampoco del todo del croata Luka Modric.
Sin embargo, otros nombres comienzan a hacerse espacio. El francés Eduardo Camavinga, el turco Arda Guller y el propio Rudiger, como para pensar en el futuro del Real Madrid.
ro/ft