La caída al mar de tres contenedores de un barco cerca de Galicia, desató el problema con los pellets, la materia prima para producir botellas de agua, bolsas y contenedores de plásticos.
El tema es que estos pequeños gránulos de plástico invadieron la zona noreste de España, fundamentalmente Galicia y, en menor medida Asturias y Cantabria.
La Xunta de Galicia movilizó a voluntarios para limpiar su playas y en los próximos días desplazará a un equipo de 300 personas que intentarán localizar y eliminar a los pellets que por su tamaño minúsculo se diluyen fácilmente y son consumidos por los peces.
Al final, si bien no son tóxicos, terminan por contribuir a la contaminación por microplásticos, según expertos consultados por medios de prensa locales.
Asturias y Cantabria, con sus características, se abrieron a la posibilidad de recibir ayudas del Gobierno central para enfrentar el problema generado por el carguero Toconao el pasado 8 de diciembre, cuando perdió en el norte de Portugal mil 50 sacos de pellets.
Sin embargo, la Xunta de Galicia, el gobierno regional dominado por el conservador Partido Popular (PP) y ante la cercanía de elecciones, entró en un rifirrafe con el Ejecutivo nacional.
Los encontronazos entre la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, no acabaron de entenderse en las formas de asistencia.
Con pronósticos de especialistas de que las corrientes marinas van a facilitar la llegada de más pellets a las costas, la única solución a priori es neutralizarlos apenas lleguen a la arena o interceptar en el mar las bolsas cargadas de estas bolitas de plástico.
Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco tienen activados el nivel 2 de su Plan Especial de Emergencia por contaminación marina. La zona de Euskadi (vasca) también valora recibir ayuda del Gobierno central.
La pregunta en el ambiente en España es si, en efecto, los pellets y los microplásticos en general llegan al consumo humano a través de peces, mariscos y la fauna marina en general.
Y la respuesta científica es afirmativa, con el añadido de que el peligro aumenta por el trasiego de los microplásticos en su recorrido por las aguas del mundo.
ro/ft